Varias escuelas tuvieron que cerrar el jueves 21 de septiembre en Mayotte debido a la imposibilidad de proporcionar agua potable a los estudiantes, supo el rectorado de este archipiélago francés en el Océano Índico que se hunde en una grave crisis de agua.

Según la agencia regional de salud (ARS), los análisis han revelado incumplimientos en la calidad del agua, considerada no apta para el consumo en los municipios de Petite-Terre y en la periferia de Mamoudzou, cabecera del archipiélago, en Grande-Terre. .

El departamento más pobre de Francia está sujeto a su peor sequía desde 1997, mientras que su suministro depende en gran medida del agua de lluvia. El déficit de precipitaciones se ve agravado por la falta de infraestructuras y de inversiones en un territorio que, bajo la presión de la inmigración ilegal, especialmente procedente de las vecinas Comoras, está experimentando un crecimiento demográfico del 4% anual.

Para hacer frente a esto, el estado ha intensificado los cortes de agua en los últimos meses. Desde principios de septiembre, la población mahorense (310.000 habitantes a 1 de enero de 2023, según el INSEE) se ha visto privada de agua dos días de cada tres. El jueves, las autoridades cerraron escuelas donde ya no era posible suministrar agua potable a los estudiantes. «Cerramos las escuelas medias y secundarias al mediodía», dijo a la AFP el rector de la Academia de Mayotte, Jacques Mikulovic, que citó al menos cinco escuelas medias y dos escuelas secundarias afectadas. Dos escuelas secundarias que pudieron distribuir agua permanecieron abiertas.

“Esta alerta nos preocupa, es la segunda en el territorio. Hemos creado un comité de seguimiento para informar al personal de la situación, pero esperamos volver a la normalidad muy rápidamente”, continuó el rector.

En Petite-Terre, la escuela primaria Labattoir 3 envió a los niños a casa a media mañana, según un delegado de padres. “A partir de ahora se nos ofrece continuidad educativa de 7:00 a 9:30 horas únicamente. Excepto que los padres trabajan”, molesta esta madre, Laëtitia, que no ha dado su nombre. Para el rectorado, el desafío ahora es anticipar “posibles no conformidades a largo plazo” en la calidad del agua. “Vamos a equiparnos con equipos de Francia continental para distribuir agua potable a los estudiantes”, asegura el rector, que también prevé establecer una rotación de estudiantes para aliviar el hacinamiento en los establecimientos con exceso de personal.