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Las tensiones geopolíticas, las guerras civiles y las continuas disputas por el control de recursos vitales han dejado una estela de destrucción, desplazamiento y muerte, constituyendo una amenaza global para la estabilidad y el bienestar de la humanidad. En 2023, el mundo permaneció inmerso en numerosos conflictos armados y episodios de violencia, impactando a millones de personas en diversas regiones.

Día Mundial de la Paz y la crisis humanitaria

Con el fin de promover el cese de los conflictos y fomentar la paz entre las naciones, la Asamblea General de las Naciones Unidas instauró el 21 de septiembre como el Día Mundial de la Paz en 1981. Esta fecha brinda a las personas la oportunidad para reflexionar sobre los desafíos actuales y la necesidad urgente de construir sociedades más justas y pacíficas en un mundo marcado por la desigualdad, la inseguridad y la lucha constante por los derechos humanos.

Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), más de 117.3 millones de personas fueron desplazadas en 2023, siendo la cifra más alta de desplazados forzados en la historia moderna. El desplazamiento forzado continuó aumentando en los primeros meses de 2024, superando los 120 millones de personas, subrayando la magnitud de los desafíos actuales.

Panorama global de la paz en deterioro

Un informe reciente, el «Índice de Paz Global 2024 (Global Peace Index)», elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, reveló que el mundo se ha vuelto menos pacífico por duodécima vez en los últimos 16 años. El estudio vislumbra un deterioro del nivel promedio de paz en comparación con el año anterior, con un aumento preocupante de la militarización, siendo el mayor registrado desde el inicio del índice.

De los 163 países evaluados, 108 experimentaron un incremento del gasto militar, con Ucrania, Myanmar y Macedonia del Norte mostrando mayores aumentos. Los conflictos armados en curso también sufrieron un fuerte deterioro, con 85 países registrando un incremento en las muertes y enfrentamientos internos. Aunque la atención mediática se centra en ciertas guerras, existen decenas de conflictos activos en diferentes puntos del planeta que pasan desapercibidos para la opinión pública.

América Central y el Caribe: luces y sombras

En América Central y el Caribe, la paz se deterioró levemente en 2024, con una caída promedio del 0.17%. La violencia relacionada con el crimen organizado y los disturbios civiles siguen siendo factores que afectan la estabilidad en la región. Panamá registró una disminución en el nivel de paz, mientras que Costa Rica experimentó un aumento alarmante en los delitos violentos y la tasa de homicidios debido a cambios en los patrones del narcotráfico.

El Salvador destacó como el país con la mayor mejora en la paz a nivel mundial, atribuida a la reducción de la tasa de homicidios mediante la estrategia de arresto masivo de miembros de pandillas. En contraste, Haití sufrió el mayor deterioro de la región, enfrentando una profunda crisis política y social desde el asesinato del presidente en 2021.

El impacto humanitario y la búsqueda de soluciones

Los conflictos armados y la violencia generan profundas crisis humanitarias, con más de 117.3 millones de personas desplazadas en 2023. Organizaciones internacionales han hecho llamados para aumentar la ayuda humanitaria y redoblar los esfuerzos diplomáticos en busca de soluciones pacíficas. Es esencial que la comunidad internacional intensifique sus esfuerzos para abordar las causas profundas de la violencia y garantizar un futuro más seguro para las generaciones venideras.

En conclusión, la paz mundial se ve amenazada por conflictos armados y violencia, con un deterioro en el nivel promedio de paz global. Es necesario redoblar los esfuerzos para resolver los conflictos activos, abordar las causas profundas de la violencia y garantizar un futuro más pacífico y seguro para todos.