Un encuentro que podría haber sido fatal. Mientras paseaba con sus padres por un parque nacional de Croacia, Thibault, de seis años, se topó con uno de los reptiles más peligrosos del viejo continente: la víbora de arena. La serpiente extremadamente venenosa mordió al niño, quien fue transportado al hospital a tiempo para recibir tratamiento.
En el momento del accidente, los padres de Thibault, originarios de Bélgica, se estaban refrescando en un río tras un paseo por la naturaleza croata. “¡De repente escuchamos a nuestro hijo gritar! ¡Yo no lo vi, pero mi esposa pudo ver a la serpiente, con la boca bien abierta, los colmillos claramente visibles!», dijo el padre de la víctima a RTL Info.
Poco antes del ataque, Thibaut recogió una rama en el agua sin darse cuenta de que la víbora estaba enredada en ella. Infeliz de ser molestado, el animal mordió la mano del niño. Inmediatamente después del incidente, los padres tienen el excelente reflejo de tomar una foto de la herida de su pequeño y pedir ayuda. Lamentablemente, no hay red y la familia se ve obligada a acudir a un puesto de socorro situado a 45 minutos a pie del río.
Una vez allí, el padre muestra inmediatamente las imágenes de la herida a un curandero. “Al ver la foto, la persona nos dijo que no nos asustáramos, pero yo entendí que iba en serio”, testifica. La carrera contra el tiempo comienza para Thibault, quien es trasladado de urgencia a un hospital a una hora en automóvil del parque. Cuando llega, se le inyecta un antídoto justo antes de que el veneno llegue a su corazón. “Me siento mejor, puedo levantarme para ir a jugar…”, dijo el niño en un video difundido por los medios belgas.