El Consejo de Gabinete se encuentra en la encrucijada de decidir si apoya los ajustes presupuestarios solicitados por la Asamblea Nacional o respalda el enfoque de austeridad propuesto por el ministro de Economía y Finanzas, Felipe Chapman. El presidente Mulino ha enfatizado la necesidad de un presupuesto “conservador” sin ceder a presiones externas.
El ministro Chapman ha detallado que los ajustes propuestos por los diputados, especialmente en educación, requerirían unos $1,000 millones adicionales al presupuesto inicial de $26,835.2 millones. De aprobarse estos aumentos, el presupuesto total ascendería a alrededor de $27,835 millones.
Tanto Chapman como Mulino han subrayado la importancia de mantener la disciplina fiscal para recuperar el grado de inversión, reducir la deuda pública externa y fortalecer la credibilidad en los mercados internacionales. Se espera que estas medidas contribuyan a un crecimiento económico sostenible y a una mayor recaudación de impuestos.
El presidente Mulino ha reiterado su postura de mantener un presupuesto conservador, enfatizando que la Asamblea debe comprender la situación actual del país. Los diputados, por su parte, buscan mayores fondos para instituciones específicas con el objetivo de beneficiar a sus comunidades, lo que podría desviar el enfoque hacia la austeridad propuesta por el ministro.
En caso de no llegar a un acuerdo antes del inicio del nuevo año fiscal, el presupuesto presentado por el Ejecutivo entraría en vigencia, mientras que el rechazo de la propuesta legislativa resultaría en la prórroga automática del presupuesto del año anterior, que asciende a $30,690,395,220.
La Comisión de Presupuesto se reunirá para revisar detalladamente los presupuestos de diferentes ministerios, como el de la Mujer y el de Cultura, en un intento por conciliar las diversas perspectivas y prioridades en juego. El desafío radica en encontrar un equilibrio entre las necesidades de financiamiento de las instituciones y la necesidad de mantener la estabilidad fiscal a largo plazo.