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El nuevo presidente José Raúl Mulino se enfrenta a un gran desafío con los altos niveles de inseguridad en varias áreas de Panamá. Como primer paso para combatir estos delitos, anunció la implementación de toques de queda para menores en ciertos sectores con altos índices de inseguridad y delincuencia.

La alcaldesa de San Miguelito, Irma Hernández, compartió su opinión sobre la situación en una entrevista en Noticias AM, destacando la importancia de reforzar la fuerza pública para reducir los niveles de inseguridad en la zona.

Por otro lado, el alcalde de Colón, Diógenes Galván, señaló que el toque de queda no es la única solución para este problema. Como autoridad de la provincia, ha tomado medidas como suspender los permisos para fiestas, buscando abordar el problema de manera integral.

A pesar de estas acciones, los residentes locales reportan sentirse inseguros al transitar por las calles y solicitan una mayor presencia policial para garantizar su seguridad. La presidenta de Apede, la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, también instó a tomar más medidas para abordar la creciente inseguridad en la región.

Hasta agosto de este año, se han registrado 84 homicidios en Colón y 69 en San Miguelito. Las cifras oficiales de septiembre y octubre aún no están disponibles, lo que refleja la gravedad de la situación en estas áreas.

En medio de esta preocupante realidad, es fundamental que las autoridades locales y nacionales trabajen en conjunto para implementar estrategias efectivas que aborden las causas subyacentes de la inseguridad y protejan a los ciudadanos. La colaboración entre el gobierno, la policía y la comunidad es esencial para garantizar la seguridad y el bienestar de todos los habitantes de Colón y San Miguelito.

Mantener a la población informada sobre las medidas de seguridad y fomentar la participación ciudadana en la prevención del delito son pasos clave para construir comunidades más seguras y resilientes. Es necesario un enfoque integral que combine la aplicación de la ley con programas de prevención del delito y oportunidades de desarrollo para los jóvenes, abordando así las causas profundas de la inseguridad en estas zonas vulnerables.

En última instancia, la seguridad ciudadana es un desafío compartido que requiere un esfuerzo colectivo y continuo para lograr un cambio positivo y duradero en Colón y San Miguelito. Solo a través de la colaboración y la acción coordinada se podrá construir un entorno seguro y pacífico para todos los residentes de estas comunidades.