Francia, a menudo señalada por su retraso en el desarrollo de las energías renovables, también está “a la zaga” de sus vecinos europeos en términos de ambición para los próximos años, estimó Greenpeace en un informe del martes. La ONG, que se basa en el Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) presentado a la Unión Europea por una veintena de Estados miembros, señala que Francia se sitúa sistemáticamente en la segunda mitad del ranking, si comparamos estos objetivos con datos como como la población, la superficie del país y su PIB.

De seis países (Alemania, España, Francia, Italia, Países Bajos y Portugal) con más de diez millones de habitantes, con una evolución económica, un nivel de prosperidad y un enfoque diplomático comparables, Francia se sitúa casi sistemáticamente en la cola del pelotón en términos de objetivos para 2030, según Greenpeace. Por ejemplo, en materia de energía solar, en capacidad de instalación por superficie para 2030, Francia ocupa el último lugar con 66 a 77 Mw por km2, mientras que los otros cinco países oscilan entre 114 y 416 Mw por km2.

Mientras que más de 110 países presionaron para triplicar las energías renovables para 2030 durante la última conferencia de la ONU sobre el clima (COP28), “Francia debe fijar para 2030 un nivel de ambición de desarrollo de la energía eólica terrestre y la energía solar fotovoltaica al menos equivalente a lo que nuestros países más cercanos Los vecinos europeos lo están planeando”, estima Greenpeace. Para ayudar a limitar el calentamiento global a 1,5°C, según Greenpeace, debería apuntar a “entre 100 y 120 GW de energía solar fotovoltaica en 2030”, en comparación con los 54 a 60 GW que actualmente apunta el gobierno, y “entre 50 y 55 GW de energía eólica terrestre en 2030” frente al objetivo actual de 33 a 35 GW. “Si queremos electrificar el transporte, la industria y los edificios lo más rápido posible, tenemos que hacer mucho más y tener esta electricidad renovable en el corto plazo”, dijo Nicolas Nace, director de campaña de transición energética de Greenpeace.

Pero para el Ministerio de Transición Energética, “el mix eléctrico francés tiene la particularidad de ser muy libre de carbono”. Esto “permite a nuestro país contribuir durante mucho tiempo al control de las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea”, añade, destacando la particularidad del modelo francés, campeón de la energía nuclear per cápita. Greenpeace cuestiona este argumento, para quien la energía nuclear es “demasiado lenta de implementar para tener un impacto significativo en 2030”.