La temida criatura viajó el viernes 6 de octubre entre París y La Rochelle, llegando allí a las 16.21 horas. Pero el error no salió del coche número 11 del TGV Inoui número 8361. Fue aplastado por un controlador llamado como testigo por el viajero, llamémosle Pierre, que declaró sobre su situación a Le Figaro.
El error fue detectado en su tableta. Pierre tenía dudas sobre la identificación. Entonces llamó al controlador, quien no sabía mucho más. Sin tomar precauciones, este último aplastó al insecto que estaba lleno de sangre. Obviamente acababa de levantarse de la mesa. Pierre, conocido del autor de estas líneas, envió a Le Figaro varias fotografías de testigos. Fueron sometidos a la mirada atenta y especializada del profesor Pascal Delaunay, parasitólogo y entomólogo médico del Hospital Universitario de Niza. “Es una chinche”, confirma, “en estadio 1 o 2, llena de sangre”.
“Es un pequeño error”, añade Pascal Delanay. En este caso, lo mejor es cambiarse completamente por precaución antes de volver a casa y planchar con cuidado tus pertenencias, o someterlas a un ciclo de calentamiento a 60 grados o más. Pierre siguió este consejo.
Si bien en las últimas semanas se ha documentado la presencia de chinches en el transporte público, el ministro de Transportes, Clément Beaune, quiso ser tranquilizador asegurando que “no se ha producido un resurgimiento”. «Los casos confirmados son extremadamente raros y no hay señales de un reciente aumento de chinches en los trenes», asegura la SNCF.