Al final del partido del miércoles por la noche, cuando el marcador era 1-1 entre Dortmund y PSG, la incomprensión cundió entre las filas parisinas. La razón ? A las órdenes de Luis Enrique estaba indicado gestionar los últimos minutos y asegurarse la segunda plaza del grupo por detrás de los alemanes, ya que el Milan lideraba al Newcastle. Al final, el marcador quedó igual en el Westfalenstadion (1-1) y también entre Newcastle y Milán (1-2). La decisión del técnico español, sin embargo, no gustó a todos los jugadores, con Kylian Mbappé a la cabeza. Para otros, la elección era lógica para asegurarse la clasificación y el segundo puesto. Mismo debate en la redacción deportiva de Le Figaro.
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París se ha alineado esta temporada en Europa y se nota. En el campo, con un equipo incapaz de ganar un partido en sus tres primeras ida y vuelta con un centro del campo donde sólo Zaire-Emery tiene el nivel del top 8 europeo, y fuera, con una gestión del tiempo del miércoles en el Ruhr digna de Un chico de la Copa de Francia deseoso de mantener su ventaja en el marcador. Salvo que el PSG, con un presupuesto de 700 millones de euros, incluidos 160 euros gastados en Ramos y Kolo Muani este verano, y que tiene en sus filas al mejor jugador del mundo, no es un club de segunda categoría en la C1.
A estas alturas del partido, al Dortmund y su angustiosamente pesada defensa no les quedaba nada en las piernas, y deberían haber dado el golpe final. Dejar una impresión. Actúa como un líder. Y asume tu estatus. Mbappé tenía piernas, los espacios se multiplicaron y una oportunidad convertida habría validado el primer puesto. Veremos el lunes con el sorteo si la falta de ambición de Luis Enrique fue en vano, pero es decepcionante por parte del español. Está muy bien repetir que llega a París con grandes ambiciones y pedir a sus jugadores que se cierren ante un BVB que está lejos de ser un gran Dortmund. Quizás este también sea el nuevo PSG. Sueña menos en grande. En este caso hay que repetirlo, dejar de hablar doblemente y aceptar que su mejor jugador decida buscar en otra parte en enero porque las ambiciones ya no son las mismas.
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Sí, el objetivo es necesariamente acabar primero de grupo cuando eres el PSG. Para eso habría sido necesario llevarlo al Signal Iduna Park. Y fue posible… Posible porque el PSG tuvo ocasiones de marcar en la primera parte, y qué ocasiones. Posiblemente también porque el Borussia estaba acabado al final del partido y, además, no tenía interés en presionar, ya que el empate también hacía su trabajo. En estas condiciones, podemos pensar, por tanto, que fue un pequeño esfuerzo haber calmado claramente el partido del lado parisino en los últimos minutos y haberse contentado finalmente con el segundo puesto. Luis Enrique no lo oculta, los jugadores tampoco intentaron disimularlo.
Pero, ¿qué habríamos dicho si el París hubiera encajado un gol y por tanto hubiera descendido a la Europa League? Deberíamos haber marcado la diferencia antes. Esto es antes de que el PSG pudiera y debería haber marcado, Randal Kolo Muani sobre sus duelos con el portero contrario, Bradley Barcola sobre este disparo que se estrelló en el poste, Kylian Mbappé privado del caramelo por una asombrosa parada en la línea… Lista no exhaustiva . También podemos recordar las oportunidades perdidas, en Milán (derrota 2-1), contra Newcastle (1-1). París no perdió la pole entre el minuto 85 y el final del partido del miércoles. En los minutos finales del partido, con el Milan ganando 2-1, lo más acertado fue no correr riesgos, la elección de la razón. Sin ofender a Mbappé. El descenso al C3 habría representado un terrible fracaso. Y esto es lo que se cernía sobre las narices de los parisinos si hubieran perdido en Dortmund. Evidentemente, terminar segundo debería ser sinónimo de un empate complicado en el 8º. “Pero también será difícil para el otro equipo”, afirmó Gigio Donnarumma.