El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dijo que estaba «indignado» el jueves después de que la Corte Constitucional autorizó su juicio político el día anterior por presuntas irregularidades.
“La democracia se fortalece con más democracia, por eso respeto la decisión de la Corte Constitucional, aunque no esté de acuerdo con ella”, dijo a la televisión nacional Guillermo Lasso, de 67 años.
“Me molesta, me ofende, me indigna que la gente esté tratando de asesinar mi reputación y la de mi hogar”, dijo Guillermo Lasso, jefe del país latinoamericano desde mayo de 2021, al considerar que el juicio “no tiene cabeza”. ni cola”.
El miércoles, la Corte Constitucional de Ecuador autorizó al Congreso a abrir un juicio político contra el presidente derechista, acusado de peculado en el manejo de la flota petrolera ecuatoriana (Flopec). Por mayoría de seis votos contra tres, los magistrados validaron la solicitud de juicio solicitada por la Asamblea Nacional, al tiempo que rechazaron otra solicitud por “apropiación indebida”. Guillermo Lasso deberá presentar su defensa ante el Parlamento unicameral, donde sus detractores deberán obtener una mayoría de dos tercios -es decir 92 votos de 137- para obtener su destitución.
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Los opositores a Guillermo Lasso piden su salida luego de que un sitio web revelara la existencia de un sistema de supuesta corrupción instalado dentro de las empresas públicas por un cuñado del presidente, Danilo Carrera. La oposición en el Parlamento consideró que Guillermo Lasso había sido advertido de la existencia de este artefacto y que no había actuado para detenerlo. Los diputados ya habían intentado en junio de 2022 destituir a Guillermo Lasso. Pero la oposición, dividida, no había logrado reunir suficientes votos.
El jefe de Estado argumentó que el caso por el que será procesado se desarrolló entre 2018 y 2020, cuando no era presidente. Sin embargo, se le acusa de haber sido informado de un contrato en perjuicio de Ecuador y de no haber intervenido a tiempo al inicio de su mandato. En este caso también están involucrados un exrepresentante de la presidencia en el órgano encargado de administrar las empresas públicas, Hernán Luque, así como el empresario Rubén Cherres, íntimo amigo de Danilo Carrera investigado por narcotráfico.