El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, declaró al país en estado de “conflicto armado interno” y ordenó la “neutralización” de los grupos criminales involucrados en el narcotráfico, según un decreto hecho público el martes 9 de enero, tras el último y espectacular episodio de crisis. Situación de seguridad sin precedentes en el Ecuador. Hombres armados irrumpieron el martes por la tarde en el plató de una emisora ​​de televisión pública de Guayaquil (suroeste), tomando como rehenes brevemente a periodistas y otros empleados del canal.

“¡No disparen, por favor no disparen!”, grita una mujer en medio de los disparos, mientras los atacantes, armados con pistolas, escopetas y granadas, golpean y obligan a la aterrorizada gente a ponerse de pie y tirarse al suelo. Encapuchados, bajo capuchas o con gorras con el rostro al descubierto, varios se filman y hacen con los dedos de ambas manos las habituales señales de reconocimiento de las bandas criminales vinculadas al narcotráfico que están provocando el reinado del terror en Ecuador.

Este decreto presidencial reconoce “la existencia de un conflicto armado interno” y ordena “la movilización e intervención de las fuerzas armadas y de la policía nacional (…) para garantizar la soberanía y la integridad nacional contra el crimen organizado, las organizaciones terroristas y los beligerantes no estatales”. . El presidente Noboa también ordena la “neutralización” de todos estos grupos criminales, de los cuales brinda una lista exhaustiva: “Aguilas, AguilasKiller, Ak47, Caballeros Oscuros, ChoneKiller, Choneros, Covicheros, Cuartel de las Feas, Cubanos, Fatales, Ganster, Kater Piler, Lagartos, Latin Kings, Lobos, Los p.27, Los Tiburones, Mafia 18, Mafia Trébol, Patrones, R7, Tiguerones”.

Estas bandas criminales, en su mayoría simples bandas callejeras hasta hace unos años, se han convertido en los sangrientos actores del narcotráfico con tentáculos internacionales, al convertirse Ecuador en el principal punto de exportación de la cocaína producida en Perú y la vecina Colombia. El Jefe de Estado subraya, en el último punto de su decreto, la necesidad de que las fuerzas armadas actúen “según el derecho internacional humanitario y con el respeto de los derechos humanos”.

“Entraron a matarnos, Dios mío, protégenos”, envió uno de los periodistas cautivos a un corresponsal de la AFP en un mensaje de WhatsApp. En medio de los disparos, la retransmisión de estas imágenes surrealistas continuó en directo durante varios minutos, a pesar de que las luces del plató se apagaron y la cámara se quedó congelada. Hasta que al parecer la policía intervino gritando “¡Policía! Policía !».

Con este nuevo incidente sonoro, cuyos resultados aún se desconocen, culmina una crisis de seguridad que nada parece poder frenar, después de tres días marcados por la fuga de un peligroso líder de una banda, la cascada de motines en las cárceles, la proclamación de la estado de emergencia y el secuestro de agentes de policía en particular.

«Son días extremadamente difíciles», el ejecutivo tomó «la importante decisión de luchar frontalmente contra estas amenazas terroristas», comentó el martes el secretario de comunicación de la presidencia, Roberto Izurieta. La crisis comenzó el domingo con la espectacular fuga de Adolfo Macías, alias “Fito”, de 44 años, líder de los “Choneros”. Una banda de unos 8.000 hombres, según los expertos, se ha convertido en el principal actor del próspero tráfico de drogas en Ecuador.

Descrito a menudo como el enemigo público número 1, sospechoso de estar involucrado en el sonoro asesinato de uno de los principales candidatos presidenciales en agosto de 2022, el hombre desapareció de un establecimiento de alta seguridad en el vasto complejo de Guayaquil donde cumplía una condena de 34 años. Pena de prisión desde 2011 por crimen organizado, tráfico de drogas y asesinato. Ya se había escapado de una prisión de alta seguridad en 2013 y fue recapturado tres meses después.

A su fuga le siguieron varios motines y tomas de rehenes de guardias en varias prisiones, todo ello retransmitido por aterradores vídeos difundidos en las redes sociales que muestran a los cautivos amenazados por los cuchillos de reclusos enmascarados.

El presidente más joven en la historia de Ecuador, el presidente Noboa, de 36 años, declaró el lunes el estado de emergencia durante 60 días en todo Ecuador. El ejército está así autorizado a mantener el orden en las calles (con toque de queda nocturno) y en las prisiones.

Claramente con poco efecto hasta el momento: siete policías fueron secuestrados durante la noche del lunes al martes. También se informó de explosiones en un ataque a una comisaría de policía, la vivienda del presidente de la Audiencia Nacional y vehículos incendiados. La prensa local habló de una “noche de terror” y de un “Estado fallido”.

Un vídeo publicado en las redes sociales muestra a tres de los policías secuestrados obligados, bajo amenaza de pistolas, a leer un mensaje dirigido al jefe de Estado: “Has declarado la guerra, vas a tener guerra (…). Ustedes han declarado el estado de emergencia, nosotros declaramos botín de guerra a la policía, a los civiles y a los militares”.

Nueva humillación, el martes las autoridades anunciaron la fuga de otro narcotraficante, Fabricio Colón Pico, uno de los líderes de Los Lobos, una banda criminal rival de los Choneros. Fue detenido el viernes por el delito de secuestro y su presunta responsabilidad en un complot para asesinar al fiscal general.

El gobierno deploró un “altísimo nivel de infiltración” de grupos criminales dentro del estado y calificó el sistema penitenciario ecuatoriano de “fracaso”. “No negociaremos con terroristas y no pararemos hasta haber devuelto la paz a todos los ecuatorianos”, insistió el lunes el presidente Noboa.

A partir del domingo, agentes de policía y soldados entraron en varias prisiones, fuertemente armados, incluso en las que se encontraban secuestrados los guardias. Las fuerzas de seguridad publicaron imágenes dramáticas de estas intervenciones, que mostraban a cientos de detenidos en ropa interior, con las manos en la cabeza y tendidos en el suelo sin contemplaciones. La administración penitenciaria (SNAI) afirmó que nadie resultó herido tras estos “incidentes”.

Ces images rappellent en tout point la communication du président salvadorien Nayib Bukele, crédité d’avoir rétabli, grâce à sa «guerre» contre les gangs, la sécurité dans son pays, au prix cependant d’une restriction des droits des prisonniers selon les organisations derechos humanos.

Ecuador, que alguna vez fue un refugio seguro, se ha convertido en un centro logístico para el envío de cocaína a Estados Unidos y Europa. El país está hoy asolado por la violencia de las pandillas y los narcotraficantes. El número de homicidios aumentó casi un 800% entre 2018 y 2023, de 6 a 46 por cada 100.000 habitantes.

Las cárceles, superpobladas y con más de 31.000 reclusos, viven recurrentes masacres entre bandas rivales, al menos doce desde febrero de 2021 que han dejado más de 460 reclusos muertos.