El desarrollo del teletrabajo es sin duda la mayor ruptura entre el mundo laboral antes y después del Covid. Una nueva encuesta de OpinionWay para Sia Partners sobre la relación de los franceses con el trabajo, publicada este viernes con motivo de la apertura de los Encuentros Económicos de Aix-en-Provence, así lo confirma. El auge del teletrabajo parece ser el elemento que más ha cambiado la percepción que los franceses tienen del trabajo en los últimos años (en el 76 % de los casos), de forma positiva para la mayoría de los encuestados (56 %).

No en vano, son los jóvenes los que más se muestran favorables al revuelo provocado por el auge del teletrabajo -que «preocupa a la mayoría de los directivos (7 de cada 10, según un estudio del instituto Jean Jaurès)» pero que «todavía afecta a una minoría de empleados (un tercio)”, destaca Marc Landré, socio de Sia Partners. Casi siete de cada diez trabajadores de 18 a 24 años (69%) consideran que ha modificado positivamente la percepción del trabajo, frente, por ejemplo, sólo al 44% de los de 35-49 años.

“Su generalización parece ser un medio importante para mejorar la relación de los franceses con el trabajo”, señala Marc Landré. Para tres de cada cuatro encuestados (75%), su generalización una o dos veces por semana en empresas cuya actividad lo permita sería una forma de mejorar la relación de los franceses con el trabajo. “El teletrabajo ha pasado a formar parte de la marca empleadora de las empresas, especialmente de cara a los jóvenes en busca de autonomía y decididos a no reproducir los errores de vida de generaciones anteriores”, analiza Marc Landré.

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En términos más generales, esta encuesta realizada por iniciativa de la consultora muestra, bastante sorprendentemente, que la relación con el trabajo de los franceses no ha cambiado durante tres años para la mitad de ellos (53%). Y ha mejorado solo para el 13% de los activos, cuando el 34% dice que ha empeorado. “Al contrario de una atmósfera generalmente pesimista, los jóvenes están levantando la moral”, señala Arnaud Aymé, director ejecutivo de Francia de Sia Partners. Según este estudio, los menores de 35 años son casi el doble de optimistas sobre la evolución de su relación con el trabajo que los de 35-49 años (22% frente al 12%) y casi el triple que los mayores de 50 años (8%).

También hay una diferencia en la percepción según las categorías sociales. “Los CSP tienen más miedo que los CSP a la degradación y anticipan más una evolución negativa de la relación con el trabajo”, señala Arnaud Aymé (38% contra 30%). “Les preocupa no solo la desaparición de sus puestos de trabajo a causa de la digitalización de la actividad y la inteligencia artificial sino también la desvinculación profesional (en forma de renuncia silenciosa…)”, añade. Estos dos elementos se encuentran a la cabeza de los factores que, según los CSP, tendrán un mayor impacto en la organización del trabajo en Francia en los próximos años (40 % y 39 % respectivamente), justo por delante de las dificultades de contratación y escasez.-trabajo (38%). Siendo esta última, en general, la principal preocupación de los franceses (48%).

Otra lección notable de este estudio es que los medios que mejorarían la relación de los franceses con el trabajo son más cualitativos que pecuniarios. Encontramos en primer lugar la mejora de la calidad de vida en el trabajo (distribución de locales, animación interna, etc.) (85%), por delante de la facilitación de la formación a lo largo de la carrera (83%) y una gestión más personalizada del tiempo de trabajo y la organización del tiempo de trabajo (82%). El aumento de las primas individuales aparece sólo en cuarta posición (79%). Y luego encontramos la generalización del teletrabajo (75%). O la mayoría de las aspiraciones que han surgido desde el impacto de la pandemia de Covid.