En origen, se trataba de esta carta enviada a los padres del pequeño Grégory, un niño de 4 años cuyo asesinato en Lépanges-sur-Vologne (Vosgos) en octubre de 1984 fue el punto de partida de uno de los casos criminales más graves y emblemáticos. de la historia judicial francesa. En esta fina hoja de papel están marcadas estas palabras de gran violencia: “Te volveré a matar de la familia Villemain (sic). Próxima víctima Monique.
La carta, enviada el 24 de julio de 1985 a Monique Villemin, abuela del pequeño Grégory fallecida en abril de 2023, no tenía firma. Finalmente fue identificado 38 años después de su envío, como indicó a Le Figaro el Tribunal de Apelación de Dijon, que confirma la información revelada por nuestros colegas de Marianne. Detrás de este cuervo amenazador había una mujer originaria de Guadalupe pero que vivía en París a principios de los años 1980. ¿Cómo podría ser identificada después de tanto tiempo?
Los padres de Grégory, Christine y Jean-Marie Villemin, continuaron recibiendo amenazas de muerte por escrito tras la muerte de su hijo, que desapareció mientras jugaba delante de la casa del matrimonio y cuyo cuerpo fue encontrado atado el 16 de octubre de 1984, poco después de las 21 horas. en el río Voloña. Algunas de estas cartas incluían rastros de ADN, la mayoría de los cuales eran desconocidos para la policía. En el marco de una nueva pericia autorizada por los tribunales en enero de 2021 por Christine y Jean-Marie Villemin, este ADN se comparó con los datos del FNAG (Archivo Nacional Automatizado de Huellas Genéticas).
Uno de estos ADN acabó “coincidiendo” tras varias búsquedas en “ADN relativo”, confundiendo a una mujer condenada por fraude con ella. El acusado, que admitió ser el autor de las líneas amenazadoras, se declaró «apasionado por el caso», pero negó haber participado en el asesinato del pequeño Grégory. Si bien este nuevo descubrimiento está lejos de resolver el caso del asesinato del niño, pone de relieve la utilidad de las técnicas de identificación del ADN, perpetuamente incrementadas por el progreso científico. «Christine y Jean-Marie Villemin creen y siguen creyendo en el hecho de que la ciencia, con sus avances, es capaz de proporcionarles respuestas», subrayó Christine Chastant-Morand, abogada de la pareja, al periódico Figaro.