Los parlamentarios Philippe Gosselin (LR) y Philippe Latombe (Modem) creen que Francia debería autorizar a la policía a usar el reconocimiento facial, bajo ciertas condiciones, en un informe parlamentario presentado el miércoles 12 de abril.

Les deux rapporteurs de cette mission d’information lancée en septembre 2022 sur l’utilisation des «images de sécurité» dans le domaine public ont mené leurs travaux dans la perspective notamment des Jeux olympiques de Paris 2024 et de «la montée en puissance de l ‘inteligencia artificial».

Al final de sus audiencias, hacen 41 recomendaciones y piden a Francia, que «actualmente no tiene un marco legal apropiado para experimentar con soluciones de reconocimiento biométrico» que «legisla rápidamente para anticiparse a las necesidades de los próximos años».

En particular, proponen “establecer un marco experimental para probar soluciones de reconocimiento biométrico en el contexto judicial, para encontrar un individuo a posteriori”. También piden que se autorice “para ciertos casos de extrema urgencia o investigación delicada, el uso de software de reconocimiento facial” por parte de las fuerzas del orden e inteligencia “por un tiempo limitado” y “bajo el control de la ‘autoridad judicial’.

Según su propuesta, el uso del reconocimiento facial estaría autorizado en tres casos: para encontrar al sospechoso de un acto terrorista o que atente contra los intereses fundamentales de la nación; en la lucha contra el crimen organizado; y para la búsqueda de un menor o de su sustractor en el marco de una “alerta de sustracción”. Sin embargo, los parlamentarios dicen que se oponen al despliegue de “dispositivos de identificación remota en tiempo real en lugares públicos de manera permanente y general” y tampoco quieren que se utilice el reconocimiento facial para la vigilancia.

Más en general, piden una “revisión global” de las normas aplicables a los distintos dispositivos de captura de imágenes, siendo el marco legal actual según ellos “escaso y difícil de leer”. Recomiendan en particular «armonizar» el período de retención de las imágenes, fijándolo en 30 días, «independientemente del vector de captura utilizado». También llaman a «continuar la reflexión para extender la vida útil» de las imágenes, diciendo que su misión ha puesto de manifiesto «dificultades» relacionadas con una vida útil «demasiado corta», que «puede causar pérdida de oportunidades para las víctimas de delitos».