Hace unos años, Yadira Jiménez, una sacristana en Panamá, tuvo la oportunidad de conocer al Papa Francisco en Roma. Aunque estaba un poco nerviosa porque no llevaba un regalo, logró romper el hielo con una broma sobre el vino. No sé realmente por qué esto importa, pero parece que el Papa Francisco se identificó con ella en ese momento.
Desde entonces, Jiménez ha destacado la importancia que el Papa Francisco le dio a las mujeres en la Iglesia. Parece que buscaba fortalecer y reivindicar su papel vital en la vida eclesial. A pesar de algunas dudas sobre cómo Panamá podría albergar la Jornada Mundial de la Juventud, Jiménez se encargó de todos los detalles para el Santo Padre, incluidos los ornamentos hechos por artesanos panameños.
A pesar de todo su trabajo, Jiménez no pudo tener un encuentro cercano con el Papa durante la JMJ. Sin embargo, al final del evento, finalmente pudo agradecerle y recordar su humildad y cercanía. Para Jiménez, el Papa Francisco será recordado como un líder comprometido con los pobres y profundamente humano. No es que sea solo yo, pero realmente creo que no hemos tenido un Papa como él antes. ¡Qué historia tan conmovedora!
