El Papa Francisco celebró este domingo la “señal positiva” dada por Armenia y Azerbaiyán, que anunciaron su deseo de normalizar sus relaciones tras tres décadas de conflicto por el control del enclave de Nagorno-Karabaj. «Me alegro por la liberación de un número significativo de prisioneros azerbaiyanos y armenios», declaró el Papa al final del rezo semanal del Ángelus en la Plaza de San Pedro, refiriéndose al acuerdo sobre la liberación de 32 prisioneros de guerra armenios a cambio de el de dos soldados azerbaiyanos. «J’accueille avec une grande espérance ce signe positif pour la relation entre l’Armenie et l’Azerbaïdjan, pour la paix dans le Caucase méridional», a ajouté François en encourageant «les parties et leurs dirigeants à conclure au plus vite un traité de paz».
En una declaración conjunta, Ereván y Bakú prometieron el jueves “medidas concretas” para normalizar sus tensas relaciones y reafirmaron su intención de “firmar un acuerdo de paz”. La reacción ha sido positiva tanto entre los aliados históricos de los dos países como entre los europeos y Estados Unidos, que intentan desempeñar un papel mediador más importante en esta región.
El Papa visitó Armenia en 2016 y luego Azerbaiyán. En septiembre, volvió a pedir “silenciar las armas” el día después de que Azerbaiyán lanzara una operación militar que resultó en la reconquista del enclave de Nagorno-Karabaj por parte de Bakú.