El presidente egipcio, Abdel Fattah al-Sissi, prestó juramento ante el Parlamento el martes para su tercer mandato al frente del país árabe más poblado. En el poder desde hace una década, se espera que Abdel Fattah al-Sissi permanezca en su puesto hasta 2030, después de ganar las elecciones presidenciales en diciembre con el 89,6% de los votos, frente a otros tres candidatos relativamente poco conocidos por el público en general. El ex jefe del ejército y ministro de Defensa, Abdel Fattah al-Sissi, orquestó en 2013, un año antes de su acceso a la presidencia, la destitución del islamista Mohamed Morsi, tras multitudinarias manifestaciones populares.
Su nuevo mandato, que comenzará el miércoles y tendrá una duración de seis años, debería ser el último de conformidad con la Constitución. Según las imágenes de la ceremonia de toma de posesión organizada el martes y retransmitidas por la televisión estatal, Abdel Fattah al-Sissi prestó juramento ante los diputados reunidos en la sede del Parlamento en la nueva capital administrativa que había construido al este de El Cairo. El evento marca también la inauguración de esta nueva capital, según medios locales. Esta toma de posesión se produce en un contexto de grave crisis económica, marcada por una inflación galopante y una escasez de divisas que obstaculiza el comercio.
Sin embargo, en el primer trimestre de 2024, Egipto se benefició de una afluencia de varias decenas de miles de millones de dólares, incluidos 35 mil millones de los Emiratos Árabes Unidos y una ampliación de 5 mil millones de un préstamo original de 3 mil millones del Fondo Monetario Internacional. Para los partidarios de Abdel Fattah al-Sissi, esta entrada de divisas debería hacer que la economía vuelva a flote, pero los observadores se muestran escépticos sobre la mejora sin reformas estructurales destinadas a reducir la participación del Estado y del ejército en la economía.