Los manifestantes que cuestionaban los resultados de las recientes elecciones legislativas en Serbia atacaron el domingo el ayuntamiento de Belgrado, rompiendo ventanas con piedras, antes de ser rechazados por la policía, constató un periodista de la AFP. Los manifestantes arrojaron piedras, palos y huevos contra el edificio, rompieron ventanas e intentaron forzar la entrada, pero fueron repelidos por la policía que estaba dentro.

La policía, que utilizó especialmente gas pimienta, se encuentra delante de la entrada principal del ayuntamiento, detrás de sus escudos. A las 22.00 horas (hora local), los manifestantes habían sido dispersados.

El presidente nacionalista serbio, Aleksandar Vucic, cuyo partido fue declarado ganador de las elecciones legislativas del 17 de diciembre, dijo que dos policías resultaron «gravemente heridos» durante la manifestación, mientras que más de 35 personas fueron arrestadas. Calificó los incidentes como un intento de “tomar por la fuerza las instituciones estatales” y añadió que tenía “pruebas contundentes” de que “todo estaba preparado de antemano”.

«Nadie tiene derecho a destruir nuestra casa, a destruir la propiedad de nuestro país y a nuestros ciudadanos, ni a herir gravemente a nuestros agentes de policía», afirmó por la noche Aleksandar Vucic, en declaraciones en Pink TV, un canal de televisión progubernamental. . Anteriormente había afirmado que las autoridades serían “capaces” de detener y juzgar a los responsables de estos incidentes. «Estas escenas son dramáticas (…) pero no hay ninguna revolución en marcha y (los manifestantes, ndr.) no ganarán», afirmó, también en Pink TV.

En un comunicado, el Ministerio del Interior serbio pidió a los manifestantes que no recurrieran a la violencia y aseguró que los representantes de la oposición habían dado «garantías de que tales hechos no ocurrirían».

La votación del 17 de diciembre generó críticas generalizadas después de que un equipo de observadores internacionales, incluidos representantes de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), denunciara una serie de «irregularidades», incluida la «compra de votos» y el «relleno de papeletas». Cientos de personas se manifestaron diariamente frente a la comisión electoral serbia y llovieron las condenas internacionales.