Los peronistas lograron contradecir las predicciones de las encuestas que colocaban al ultraliberal Javier Milei a la cabeza de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Argentina. Sergio Massa, actual ministro de Economía del presidente Alberto Fernández, se impuso este domingo al obtener el 36,3% de los votos, colocándose por delante de Javier Milei, que obtuvo el 30,2% de los sufragios. La votación estuvo marcada por una abstención récord, con una participación del 74%, 9 puntos menos que en 2019. El voto es obligatorio en Argentina. En tercera posición aparece la candidata de la tradicional derecha Patricia Bullrich con 23,8, una auténtica bofetada para el partido del expresidente Mauricio Macri. La candidata reconoció inmediatamente su derrota, pero anunció que no participaría en un frente republicano apoyando a Sergio Massa para derrotar al ardiente candidato de extrema derecha Javier Milei. «Nunca seremos cómplices del comunismo en Argentina ni de las mafias que destruyeron el país», declaró el domingo por la noche.

El desafío era enorme para Sergio Massa. Actual Ministro de Economía, su historial es más que variado. Es catastrófico: el país experimentó una inflación del 140% en 2023, más del 40% de la población se considera pobre, las reservas del Banco Central están en su punto más bajo, la balanza comercial se ha deteriorado considerablemente y el peso argentino podría sufrir una caída. devaluación en los próximos días. En este sentido, los argentinos hacían cola el domingo en las gasolineras para repostar ante un probable aumento de precios.

El candidato peronista defiende su trayectoria denunciando el legado del gobierno de Macri (2015-2019). En conflicto durante mucho tiempo con el kirchnerismo, que lleva el nombre de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner, que dominaron el peronismo durante dos décadas, logró reunir a todo el movimiento bajo su nombre. Su victoria fue posible gracias a la importante presencia territorial de este partido que domina la vida política del país desde hace varias décadas. Como era de esperar, el programa de Sergio Massa está dominado en gran medida por la economía. Quiere “reconstruir la patria”. Para ello, anuncia un amplio programa para facilitar el acceso al suelo y a la vivienda. Quiere fortalecer las empresas públicas. Aboga por una política de adaptación proactiva al calentamiento global. Promete una “revolución educativa”, pero no aclara su contenido. Establece cuatro objetivos macroeconómicos: orden fiscal, aumento del superávit de la balanza comercial que debería permitir rescatar al banco central cuyas reservas de divisas están en su nivel más bajo, y desarrollo de la inclusión social. Finalmente, quiere pagar lo más rápido posible la deuda que el país tiene contraída con el Fondo Monetario Internacional.

“Somos un fenómeno global… ¡Soy el rey, soy el león! » proclamó Javier Milei durante su último encuentro en Buenos Aires el pasado miércoles, con un telón de fondo de imágenes de vídeo de edificios derrumbándose y explosiones nucleares. “¡Debemos hacer una reforma integral (del Estado) para volver a ser la primera potencia mundial que éramos a principios del siglo XX! «. Javier Milei tiene una relación especial con la verdad que recuerda a la de Donald Trump, de quien como era de esperar es un gran admirador. Para él, todos los males del país se deben al «Estado paternalista». Aboga por “fuertes recortes en el presupuesto estatal, recortes fiscales masivos y una legislación laboral más flexible para fomentar la creación de empleo”. Protesta contra políticos, empresarios y periodistas que forman “una hermandad de ladrones que han empobrecido al país”. Quiere dolarizar la economía del país y “quemar el banco central”. Quiere eliminar toda asistencia social para que el país vuelva a funcionar.

Quiere suprimir el Ministerio de Salud, así como el de Educación, Desarrollo Social y Condición de la Mujer. Quiere recortar todos los presupuestos excepto los del ejército y la seguridad. Quiere “proteger al niño desde la concepción”, es decir, prohibir el aborto, que sólo es legal desde 2020. Si es elegido, creará un sistema de vales educativos que distribuirá a los padres, para que “ el presupuesto de educación va a los padres y no al ministerio”. Finalmente quiere liberalizar el comercio de armas de fuego y reducir la edad de responsabilidad penal. Por último, pero no menos importante, aboga por la libre venta de órganos y quiere negar el acceso al territorio argentino a extranjeros con antecedentes legales.

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Este candidato de extrema derecha aprovecha el descontento general de los argentinos con una clase política desacreditada, ya sea de derecha -el mandato de Mauricio Macri (2015-2019) dejó al país en un estado catastrófico- o peronista -el presidente saliente Alberto Fernández-. tiene un historial más que mixto. La debilidad de Javier Milei radica en su falta de un aparato político poderoso establecido en las provincias frente a la verdadera maquinaria de guerra política de que disponen los peronistas. Pero el descontento de los argentinos es tal que Javier Milei conserva posibilidades de ganarle a Sergio Massa, incluso si entonces las capacidades para gobernar serán limitadas y el parlamento corre el riesgo de bloquear sus reformas. Veredicto del 19 de noviembre.