Le Figaro Burdeos

Shenaya tiene 18 años y estudia en el instituto François Magendie, en el barrio de Saint-Genès de Burdeos. En Francia desde hace cuatro años, este joven esrilanqués, buen estudiante e integrado, recibió a principios de septiembre la obligación de abandonar el territorio francés (OQTF), en un plazo de treinta días. Sus amigos, sus profesores y voluntarios de la comunidad se están movilizando para que pueda quedarse en Francia. Una petición para suspender su OQTF ya ha recogido casi 30.000 firmas.

Llegó a Francia con su familia en 2019, con una visa de turista. “Shenaya, deseosa de integrarse bien, viene dos veces por semana” a la red Paul Bert, un espacio social y cultural del barrio de Saint-Pierre, confiesa la asociación, que apoya a Shenaya y a sus padres desde hace dos años. “A principios de septiembre, apenas cursando su último año, nos llamó, llorando, para contarnos esta dolorosa noticia”. De hecho, la joven acababa de abrir la carta certificada en la que se le anunciaba que debía abandonar el país.

Leer tambiénEn este antiguo colegio de Burdeos convertido en “esclusa de aire” para inmigrantes, el 40% de los alojados “se evaporan”

En la petición, la estudiante de secundaria explica que “tuvo que huir” de Sri Lanka “por motivos políticos” con sus padres. “Buscábamos seguridad para nuestras vidas y un refugio”, escribe la joven, porque su padre fue amenazado de muerte en su país natal. Teniendo sólo 30 días después de esta notificación para hacer las maletas, la joven decidió interponer un recurso contra la OQTF, que suspendió su expulsión. La prefectura, que está en el origen de este procedimiento, evoca un procedimiento clásico porque Shenaya es ahora mayor de edad y la solicitud de asilo político presentada por sus padres fue rechazada.

“Mi vida aquí es casi estable y para ser totalmente estable sólo necesito que el gobierno francés me dé mi permiso de residencia”, explica Shenaya, que no sólo aprendió el idioma de Molière sino que también obtuvo un 15/20 en el examen oral para la Bachillerato francés. “Ella tiene su lugar en Francia”, afirmó la madre de uno de sus compañeros, considerándola “completamente integrada”. La prefectura de Gironda se ha comprometido a “reestudiar la situación”. Si se rechaza su apelación, la estudiante de secundaria podrá apelar esta decisión, pero el OQTF ya no será suspendido y, por lo tanto, Shenaya podrá regresar a Sri Lanka.