Un supervisor laico acusado de violación fue despedido de su cargo en una escuela secundaria católica de los Pirineos Atlánticos, anunció el viernes la dirección del establecimiento, ante más de 30 denuncias de antiguos alumnos. La fiscalía de Pau abrió una investigación preliminar a principios de febrero, tras la presentación de veinte denuncias y otras 13 presentadas esta semana, según el fiscal. Se refieren principalmente a actos de violencia física, pero también a agresiones sexuales y violaciones, presuntamente cometidos en los años 1980 en el establecimiento situado en Lestelle-Bétharram, cerca de Lourdes.

Seis sacerdotes y dos laicos están incriminados. L’un des laïcs, qui était toujours employé par l’ensemble scolaire Le Beau Rameau, autrefois appelé Notre-Dame-de-Bétharram, «n’est plus en poste» depuis mercredi, indique la direction dans un communiqué confirmant une information de Sudoeste. “Un principio de precaución”, justifica el director del establecimiento, Romain Clercq, sin “poner en duda la presunción de inocencia”. La institución añade que está a disposición del fiscal de Pau “para colaborar plenamente en la investigación en interés exclusivo de las víctimas” y ha manifestado “su deseo de convertirse en parte civil”.

El laico en cuestión, de unos 60 años, es objeto de ocho denuncias, cinco de las cuales se refieren a agresiones sexuales y violaciones y tres a violencia y palizas. Si las 33 denuncias se refieren a hechos en su mayor parte prescritos, dos de ellas, con calificación penal, no lo son, explicó a la AFP Alain Esquerre, que fue estudiante en Bétharram entre 1980 y 1985. Durante cuatro meses, quien denuncia las violencias físicas sufridas entonces , recoge los testimonios, que se acumulan, y crea los expedientes. «Ya ni siquiera tengo tiempo para procesar todas las historias», dice.

Brice, de 48 años, presentó una denuncia por violaciones y violencia ocurridas entre 1984 y 1991 durante sus estudios en la institución. “En ese momento les contamos a nuestros padres sobre las golpizas pero no nos creyeron. En cuanto a las violaciones, nunca había hablado de ello”, confió a la AFP. Su denuncia es una de las dos únicas que, en este momento, no han prescrito. “Si lo hice fue por otros, he llorado esta historia, ya no lloro por eso. No podemos salvar a todos, pero si mi queja puede salvar a algunos, eso es algo».