Le Figaro Burdeos

Ellos están de regreso. Presentes en todas las zonas urbanas, las ratas han vuelto a ser el tema de conversación en Burdeos en los últimos días. A principios de septiembre, el municipio fue alertado por los vecinos de una auténtica proliferación de roedores en los cubos de basura de una residencia de la calle Maryse-Bastié, en pleno barrio popular del Grand Parc. Una situación que incluso impidió a los recolectores de basura realizar la recogida, porque los contenedores estaban repletos de ratas.

Todo empezó con un simple caso de estacionamiento inconveniente. “La recogida no pudo realizarse debido a la presencia de vehículos mal estacionados”, explica Bernard Blanc, teniente de alcalde del distrito de Grand Parc. Con mala fama, el Grand Parc está formado por bloques de edificios, una mezquita y también un policlínico, lo que genera una auténtica “tensión” a la hora de aparcar el coche. “Los recolectores de basura vienen dos veces por semana”, recuerda el funcionario electo, pero cuando no pueden recoger los residuos, rápidamente se acumulan porque muchas casas se ven afectadas por esta recogida. La basura atrae entonces a los roedores, que se encontraron “en cantidades relativamente grandes” en los contenedores de basura de esta residencia.

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Cuando los recolectores de basura finalmente pudieron regresar sin verse obstaculizados por un vehículo mal estacionado, “un contenedor estaba lleno de ratas” y, por lo tanto, fue imposible para estos recolectores de basura recogerlo. “Sucedió una o dos veces”, explica Bernard Blanc. “Es peligroso para ellos porque cuando el contenedor se vuelca, todas las ratas salen, y la salud y la seguridad del agente se ponen en duda, lo cual es inaceptable”. El electo recuerda que los recolectores de basura “ya hacen un trabajo muy difícil”, sin necesidad de que “las ratas caigan literalmente sobre ellos”.

Además de las molestias para aparcar de algunos automovilistas, otras razones podrían explicar esta proliferación de roedores en el distrito del Grand Parc. De hecho, algunos contenedores estaban en malas condiciones, lo que permitía que las ratas se infiltraran más fácilmente. Los vertidos ilegales también han empeorado la situación, al igual que las numerosas obras en los alrededores, que “molestan a las ratas”, que tienden a “desplazarse hacia los lugares donde encuentran comida”. Para evitar esta infiltración de plagas, “se instalarán rejillas”, anuncia Bernard Blanc. También se deberían instalar bolardos para evitar los molestos aparcamientos y la policía municipal aumentará las multas.

“Hoy todo ha vuelto a la normalidad”, afirma el teniente de alcalde del distrito. Desde entonces se han realizado visitas adicionales de recolectores de basura para evitar una mayor proliferación, y se implementará una campaña de sensibilización para reducir el número de vertidos ilegales en el barrio. También conviene realizar una operación de control de roedores al cabo de unas semanas, cuando se hayan cambiado los contenedores y se hayan instalado los postes. Bernard Blanc precisa, sin embargo, que “estas operaciones no siempre son eficaces y son muy caras”, porque “las ratas se reproducen muy rápidamente”. A pesar de todas estas medidas, es probable que todavía se hable de las ratas.