Las ventas y enajenaciones de fondo de comercio aumentaron un 14,3% en 2022, mientras que el importe medio de las transacciones aumentó un 7,5% y alcanzó el nivel récord de 215.716 euros, según un estudio publicado este jueves por la firma Altares. El número de transacciones se había reducido a unas 25.000 al año con la crisis sanitaria. Subió a 31.700 el año pasado, impulsada por la restauración, que concentra una cuarta parte del comercio, con más de 7.600 establecimientos vendidos.

Leer tambiénLos bares y restaurantes que son grandes ganadores de la transformación de los centros de las ciudades francesas

El aumento de las transacciones fue especialmente fuerte en los restaurantes tradicionales (50,6%), seguidos de los establecimientos de comida rápida (35,3%) y bebidas (46,2%), mientras que las ventas de carnicerías cayeron casi un 12% y las de panaderías más de un 6%.

El aumento de las tomas de control de fondo de comercio obedece en parte a la recuperación tras la crisis sanitaria pero también está ligado, según Altares, a un ajuste fiscal para las empresas de menos de 50 empleados que alcancen una facturación inferior a 12 millones de euros. Estas VSE y pequeñas PYME ahora pueden depreciarse en un período de diez años y deducir de su base imponible el negocio adquirido entre 2022 y 2025.

Los comercios que venden más caros son las farmacias, con cerca de 1,2 millones de euros de media, por delante de los supermercados (500.000 euros), los hoteles (430.000 euros), los estancos (350.000 euros), mientras que los restaurantes cotizan de media en 200.000 euros, por detrás de las panaderías en 235.000 euros. La mediana es de 100.000 euros, es decir que la mitad de los negocios en Francia se venden por debajo de este precio. Nueve de cada diez adquisiciones fueron realizadas por empresarios al frente de una VSE con menos de diez empleados.

Finalmente, “el impulso recuperado en 2022 beneficia a las ciudades medianas y los pueblos pequeños”, señaló Altares. Pero si las ciudades de 5.000 a 20.000 habitantes se han vuelto más atractivas, los municipios y pueblos rurales de menos de 5.000 habitantes solo representan el 25% de las transacciones en 2022, frente al 32% en 2021.