En el corazón de un monasterio, las monjas desfilan para recibir la Eucaristía. Pero cuando una de ellas recibe la comunión de manos del sacerdote, se maravilla ante el sonido del crujido de una patata frita. La nueva campaña publicitaria de la empresa agroalimentaria italiana Amica Chips está provocando tensiones en la península italiana, según informa el diario La Repubblica. En efecto, Aiart (Asociación Italiana de Usuarios de Radio y Televisión) exigió el lunes 8 de abril “la suspensión inmediata de la publicidad”, considerando que “ofende la sensibilidad religiosa de millones de católicos practicantes”.
La asociación también calificó el anuncio de “escandaloso”, indicando que trivializa la comparación entre las patatas fritas y la porción consagrada. Además, el contenido fue denunciado por el Instituto de Autodisciplina Publicitaria (IAP), al haber sido juzgado «contrario a los artículos 1 y 10 del código de autodisciplina para la comunicación comercial», relativos a la equidad de la comunicación, la moral, creencias civiles y religiosas, y sobre la dignidad de la persona. Además, “chips” se llama patatina en italiano, palabra que también designa al género femenino en el lenguaje popular, informan nuestros compañeros de Courrier International.
Giovanni Baggio, presidente de Aiart, denunció un proceso publicitario “doloroso” y “blasfemo”, antes de declarar que el anuncio de Amica Chips “representa una falta de respeto y de creatividad” y que es “un signo de la incapacidad de hacer marketing sin recurrir a a símbolos que nada tienen que ver con el consumo y lo crujiente. “Obtener el aplauso de un público complaciente con referencias blasfemas es denigrante para quienes hacen, o dicen hacer, publicidad”, aseveró finalmente.
Dentro de la población italiana, el tema se divide. En las redes sociales, donde algunos admiran, como Alfredo, un truco comunicativo “elegante y memorable”, también encontramos multitud de opiniones poco entusiastas. Por ejemplo, Lily piensa que “no tenía sentido ser tan blasfemo, ofensivo y malvado”. Ella decide: “Bravo por tu falta de sensibilidad, inteligencia y sentido común. «Por tanto, es fácil hacer publicidad de forma burda». Finalmente, algunos no dudan en adoptar un tono más provocativo, como Anna, que pone a prueba a los directores: «Intentad, si tenéis el valor, burlaros de Mahoma y veremos qué pasa».