Le Figaro Marsella
“Desde el principio no supimos nada”, resume Patrick Robert a Le Figaro. El presidente del comité de intereses del distrito de Estaque Gare (CIQ) no ocultó su decepción al descubrir en la prensa que el proyecto de “aldea de integración” para las familias gitanas finalmente no se llevaría a cabo en un terreno baldío situado no lejos de su barrio.
“Sabíamos que la situación iba a cambiar pronto, circulaban rumores. Mais ce n’était pas officiel et on ne nous a pas appelés pour nous prévenir», explique-t-il, fustigeant la communication de la préfecture des Bouches-du-Rhône, et donc de l’État, qui supervise le projet depuis el inicio. Este último proyectaba la apertura de un “pueblo modular” a finales de año en un terreno lindante con una autopista en el distrito de Saint-Henri, en el distrito 16 de Marsella. Una decena de familias de la comunidad gitana debían dejar allí sus maletas “por un período máximo de dos años” para “desarrollar un espacio reforzado de integración socioprofesional en beneficio de alrededor de 80 personas voluntarias que se inscribirán en una trayectoria de inclusión sostenible en la comunidad”. territorio”, como explicó la prefectura de Bouches-du-Rhône a Le Figaro.
Este “pueblo de integración” finalmente no abrirá sus puertas cerca de Saint-Henri, como reveló La Provence el pasado sábado y confirmó a Le Figaro una fuente cercana al asunto. Si muchos vecinos acogieron el proyecto con gran entusiasmo, creando incluso un colectivo para “pensar la hospitalidad” en Saint-Henri, otros protestaron contra su apertura cerca de sus casas, argumentando que participaría en una “devaluación del barrio”. Varios de ellos incluso expresaron su descontento el pasado miércoles por la tarde y solicitaron nuevas consultas con la prefectura.
“Estamos decepcionados de que el proyecto haya sido retirado sin consultar a los residentes”, afirma Michel Teule, presidente del comité de intereses del distrito de Saint-Henri. “El proyecto podría abandonarse por completo y hay muchas posibilidades de que caiga en el olvido. ¿Cuáles serán las próximas medidas que se ofrecerán a estas familias para escapar de la precariedad?”, continúa evocando el pasado de estos padres y hermanos ya evacuados de una casa ocupada en el distrito 15 de Marsella en julio de 2022, a la espera de una solución duradera de realojo y de nuevas “trabajo de integración”.
Este “trabajo de integración” también lo destaca la alcaldesa del sector, Nadia Boulainseur, que no respondió a nuestras solicitudes. En un comunicado de prensa enviado al CIQ Saint-Henri y que pudimos consultar, el concejal apoyó la decisión de la prefectura de cambiar la ubicación del proyecto, reafirmando no obstante su apoyo a la apertura de una aldea de integración en la ciudad foceana. . “El problema de la integración de la comunidad romaní persiste”, escribió. “El modelo de aldea de integración ha demostrado su eficacia en otros territorios y, según el voto unánime de los cargos electos del consejo distrital del 15/16 a favor del de Saint-Henri, todavía espero que se ponga a prueba en Marsella”, ella añadió.
Este episodio deja un sabor amargo entre los representantes de los barrios vecinos al proyecto, críticos con la comunicación del Estado que consideran vaga. “No nos gustó nada que el permiso de construcción se publicara sin consulta previa. Nos enteramos de todo a través de la prensa, a pesar de que habíamos participado en varias reuniones con funcionarios electos y representantes del proyecto. Hay inquietud por su parte”, lamenta Patrick Robert. Queda por ver qué pasará con el terreno baldío que acogerá el programa de integración, cuyo futuro actualmente es incierto. El permiso de construcción para la aldea modular, ahora obsoleto, debería dar paso a “un nuevo proyecto” con contornos vagos. “No sabemos nada al respecto. Es una pena, pero no se sorprenda de que la gente se haya opuesto, con razón o sin ella”, critica Patrick Robert.