Los aztecas, indígenas fundadores de México-Tenochtitlan – capital del Imperio Azteca – habían construido ingeniosamente su capital en medio de una serie de masas de agua, una elección estratégica que garantizaba al mismo tiempo la seguridad y el acceso al recurso cuyo hombre más necesita. 700 años después, la capital mexicana, que tiene una población de más de veinte millones, sufre una sequía sin precedentes en 1.200 años. Por lo tanto, el día cero podría ocurrir ya el 26 de junio, indica un funcionario de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
El día cero corresponde a la fecha en la que las autoridades de una comunidad cortan completamente el suministro de agua porque ya no pueden suministrar el agua necesaria a sus ciudadanos. La expresión, traducida del inglés «día cero», se utiliza ampliamente desde finales de la década de 2010, años a partir de los cuales un número significativamente mayor de grandes ciudades se enfrentaron a situaciones de estrés hídrico agudo, imagen de México o Ciudad del Cabo.
La megasequía que azota la zona comprendida entre el suroeste de Estados Unidos y hasta Ciudad de México desde el año 2000 es una de las más largas de la historia, según un estudio liderado por la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en 2022. Esta sin precedentes La sequía tiene el efecto de dejar ineficaz el sistema de retención de agua de Cutzamala, una red de represas que, según Sacmex (Sistema de Abastecimiento de Agua de la Ciudad de México), abastece el 25% del agua de la ciudad y sus alrededores.
Según un informe de la Comisión Nacional del Agua del 7 de marzo de 2023, la capacidad del sistema Cutzamala ha caído drásticamente, alcanzando solo el 36,2% de su capacidad al 19 de marzo. Un récord histórico. En consecuencia, las autoridades ya no dudan en plantear la hipótesis de un corte total del suministro de agua a la capital si esta drástica caída del nivel del agua del sistema continúa. Además del cambio climático, que hace que las sequías sean más intensas y las olas de calor más brutales, el resurgimiento del fenómeno climático de El Niño durante el año 2023 no ha hecho más que agravar la crisis que ya afectaba a la quinta ciudad más poblada del mundo.
La temporada de lluvias, que ya estaba reducida, se acortó aún más, lo que impidió reponer las reservas de agua esenciales para la supervivencia de la ciudad: “Aproximadamente el 60% del país se encontraba en situación de sequía” a finales de enero de 2024. , dijo el diputado Braulio López. 101 de los 653 acuíferos -terrenos aptos para el almacenamiento y circulación de agua- en territorio mexicano están sobreexplotados, añadió. En 2024, se espera que la temporada de lluvias llegue recién a finales de mayo. Además, la población de la megalópolis debe tener paciencia ante la posible llegada de lluvias salvadoras que acondicionarían los depósitos de agua.
Otros desafíos en la Ciudad de México incluyen “el bajo nivel de tratamiento de aguas residuales, (…) la no utilización de agua de lluvia, fugas en las redes de agua, (…) así como el crecimiento urbano desordenado”, dijo Fabiola Sosa Rodríguez, titular del grupo de investigación sobre crecimiento y medio ambiente de la Universidad Autónoma Metropolitana de México, explica a France24. “México debe hacer de la gestión del agua una prioridad ante la crisis que atraviesa el país”, en palabras utilizadas en febrero pasado por el consultor internacional en gestión de recursos hídricos José Antonio Rodríguez Tirado a la revista Forbes México.
Al mismo tiempo, las autoridades pidieron a los vecinos ahorrar agua. El sistema de abastecimiento de México Sacmex también ha desarrollado una plataforma destinada a alertar a la población en caso de cortes. El Ministerio de Medio Ambiente ha puesto en marcha un programa de captación de agua de lluvia, informa El País. Se proporcionan gratuitamente tuberías, equipos de filtrado, sistemas de desinfección y retención de agua a los residentes de los municipios con mayores niveles de riesgo de escasez de agua. Sin embargo, dado que las disparidades socioeconómicas son muy altas dentro de la capital mexicana, no todos los residentes pueden afrontar la sequía de la misma manera. “Los barrios más pobres, encaramados en las alturas de la Ciudad de México, son los más afectados por la crisis del agua”, diagnostica Luc Descroix, director de investigaciones hidrológicas del Instituto de Investigación para el Desarrollo, en France 24.
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“Hay que considerar que el “Día Cero” es ahora, porque los ríos están contaminados y las fuentes sobreexplotadas”, según el especialista José Antonio Rodríguez Tirado, presente en el primer Parlamento del Clima en la Cámara de Diputados de México. Uno de cada tres habitantes «recibe agua y saneamiento de forma intermitente» en las zonas urbanas, mientras que dos tercios de los individuos «no reciben servicios de agua de forma permanente» en las zonas rurales, afirmó luego a los medios de comunicación del partido Movimiento Ciudadano. En resumen, la crisis del agua en México no es causada principalmente por la cantidad de recursos sino probablemente más por su gestión.