Le Fígaro Nantes
Los Verdes de Nantes ven rojo. En una explosiva entrevista publicada el lunes en Presse Océan, el asistente de finanzas municipal, Pascal Bolo, criticó duramente a algunos de los ecologistas elegidos por la mayoría. Histórico socialista del canal, este compañero de viaje de Jean-Marc Ayrault y luego mano derecha de la alcaldesa Johanna Roland denunció las «ambigüedades» de sus colegas sobre la cuestión del desarrollo de la ciudad, antes de criticar los excesos de «algunos cargos electos». que llaman a una decadencia que no pronuncia su nombre. Y para quien “la palabra “atractivo” es una mala palabra, y la palabra “desarrollo” remite a un odiado productivismo”. Todo ello añadiendo, con notable eufemismo, que la mayoría de Nantes está, en definitiva, «bastante bien», y que él no plantea «ningún ultimátum» a sus «amigos ecologistas».
Estas precauciones retóricas no fueron suficientes para evitar el incendio. El mismo día, a media tarde, el grupo ecologista y ciudadano de Nantes emitió un comunicado de prensa ofensivo para reaccionar ante los ataques de Pascal Bolo “aislado dentro de la mayoría municipal”. Al denigrar a un diputado dispuesto a «cualquier ultraje» y que «tendría problemas con las cuestiones de nuestro siglo», los Verdes de Nantes se sumaron a los diversos temas defendidos por sus cargos electos. “Sí, estamos luchando para acabar con el atractivo, para frenar proyectos inútiles y para cuestionar todos los nuevos desarrollos urbanos”, asumieron.
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Preguntados por Le Figaro, varios concejales del grupo ecologista añadieron una capa sobre el enfoque húsar de Pascal Bolo, su marca registrada. “Se desquita con nosotros porque no puede atacar a La Francia insumisa ni a las divisiones internas del Partido Socialista”, recuerda Simon Citeau, diputado por el distrito de Doulon-Bottière. “Al igual que Waldemar Kita y Pascal Bolo, este no es el futuro de Nantes”, exclama también Marie Vitoux, electa por el distrito de Nantes Sud, antes de añadir: “Desde su posición de hombre, también se permite «explicar la vida a mujeres en un tono condescendiente y paternalista». Contactado por Le Figaro, Pascal Bolo no quiso comentar “la polémica”.
Las reacciones volcánicas suscitadas por su entrevista con Presse Océan, sin embargo, hicieron reaccionar a sus propias filas. “Todo lo que nos divide es inútil y contraproducente. Los comentarios hechos en este artículo no comprometen al grupo”, se sintió obligado a aclarar en línea Olivier Chateau, copresidente de los cargos electos socialistas en la ciudad de Nantes. La onda expansiva hizo reaccionar incluso a François de Rugy. El ex presidente de la Asamblea Nacional, que sólo ha desempeñado un mandato discreto como consejero regional durante dos años, se quedó sin aliento ante la mención del «freno al atractivo» que afirmaba su ex familia política. “¡Lo peor es que son muy buenos en eso! ¿Cómo podemos financiar la solidaridad y la transición ecológica sin desarrollo?”, expresó consternado en la red social X (antes Twitter).
No basta para impresionar a los ecologistas de Nantes. “Pascal Bolo, François de Rugy… Ambos son políticos al final de sus carreras que se aferran a software político obsoleto y a nociones de planificación obsoletas”, reacciona para Le Figaro Tristan Riom, diputado de la ciudad y metrópoli de Nantes. “La lógica del atractivo presupone competencia entre territorios; preferimos mejorar la vida de los residentes”.
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El último motivo de desacuerdo que encendió la pólvora fue la tala, en febrero, de 146 árboles en el distrito de Nantes Nord, del que Pascal Bolo es el delegado electo. La operación se enmarca en la construcción de nuevas viviendas asequibles, en un contexto de crisis inmobiliaria. «Si para ello tenemos que talar árboles, estoy a favor de talar árboles», observó con pragmatismo Pascal Bolo, no sin haber denigrado, el mes pasado, «la tartufería» de la ecologista electa Delphine Bonamy. El asistente financiero acusó a su colega de oponerse al proyecto después de haberlo votado en el consejo municipal. “Somos libres de expresar nuestras discrepancias”, respondió posteriormente el interesado a través de la prensa, recordando que el grupo sólo había votado a favor del lanzamiento del proyecto, sin estar asociado a su desarrollo posterior.
Los componentes socialistas y ecologistas de la mayoría municipal de Nantes han experimentado varias zonas de fricción en el pasado. El representante electo de la oposición, Julien Bainvel (LR), los cuenta con placer. “La lista es larga: Notre-Dame-des-Landes, el Heron Tree, la reconstrucción del centro comercial Paridis, el nuevo hospital universitario, el centro de salud de Nantes Nord, sin olvidar los proyectos de aparcamientos abandonados… Es espantoso. ¡Acabamos preguntándonos en qué pueden ponerse de acuerdo!”, explica a Le Figaro.
“Pascal Bolo es un bocazas que se enfada con demasiada facilidad, pero sigue siendo una persona inteligente y con mucho talento que conoce muy bien su barrio”, confiesa un funcionario municipal, extraoficialmente, a Figaro. Tiene razón al atacar a los Verdes que socavan cualquier intento de lograr una ecología constructiva en Nantes…”. Una opinión compartida por Julien Bainvel, que considera que este “portador de armas” a la antigua usanza “simplemente dice en voz alta lo que muchos socialistas de Nantes piensan en voz baja”. Es decir, que los ecologistas dedicarían demasiado celo a desbaratar los proyectos de la mayoría. Y lástima para las tensiones… y los egos.