Decenas de miles de personas, muchas de ellas blandiendo banderas españolas, se manifestaron el domingo en Madrid ante el llamamiento del partido nacionalista de derecha Vox contra una propuesta de amnistía para los separatistas catalanes. Este tema conflictivo está siendo negociado por la izquierda con los partidos independentistas de Cataluña, una región en el noreste de España, para obtener su apoyo esencial para la toma de posesión del socialista Pedro Sánchez como jefe del gobierno español.

Surgió tras las elecciones legislativas del 23 de julio, tras las cuales los socialistas quedaron en segunda posición detrás del Partido Popular (PP). Estos últimos, sin una mayoría absoluta, no lograron formar una coalición, allanando el camino para la formación de un nuevo gobierno de izquierda. Pero para volver al poder, Pedro Sánchez necesita el apoyo en el Parlamento de los partidos separatistas catalanes ERC (Izquierda Republicana de Cataluña) y JxCat (Junts per Catalunya). Esta última formación estuvo en el origen de un intento de secesión fallido de Cataluña en 2017, cuyo principal instigador Carles Puigdemont huyó a Bélgica para escapar de la justicia española.

La solicitud de amnistía, que podría beneficiar a más de 4.000 personas implicadas en los sucesos de 2017 -la peor crisis política en décadas en España- es denunciada por la derecha y la derecha nacionalista y criticada dentro del propio partido socialista. Ha dado lugar a varias manifestaciones de protesta en las últimas semanas. La del domingo en la capital española reunió a unas cien mil personas, según las autoridades, más de 100.000, indicó Vox sin más detalles.

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“¡España no está en venta!”, “¡Sin amnistía!” ¿Podríamos leer en los carteles de los manifestantes que se habían concentrado en la Plaza de Colón gritando “¡Envíen a Puigdemont a prisión!” Marcos Carbonell, ingeniero de 37 años, se mostró indignado por el deseo de Pedro Sánchez de asociarse con quienes quieren «romper España». El jefe de Vox, Santiago Abascal, acusó a Pedro Sánchez ante la multitud de amenazar la unidad española y de buscar sólo una amnistía “para mantenerse en el poder”. “¡Qué vergüenza, qué indignidad, qué traición!”, dijo.

El PP (conservador), principal partido de la oposición, organizó el mismo día su propia manifestación contra el plan de amnistía, en la que, según dijo, participaron más de 20.000 personas, en Málaga, una ciudad del sur. «Cette amnistie n’est pas négociée au nom de l’Espagne, elle est négociée au nom de Sanchez», a dit à ses troupes le patron du PP, Alberto Nunez Feijoo, ajoutant que tous les Espagnols devraient être autorisés à voter sur cette pregunta.

Esta fue la cuarta manifestación organizada por este partido contra el proyecto de amnistía, tras las de Madrid, Toledo (centro) y Santiago de Compostela, en el noroeste. Pedro Sánchez, que ha tratado de calmar las tensiones vinculadas con los separatistas desde que llegó al poder hace cinco años, se había pronunciado en el pasado en contra de una amnistía. En 2021, sin embargo, indultó a los separatistas catalanes condenados a prisión por su papel en el intento de secesión.

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El sábado, aseguró a los funcionarios del Partido Socialista que este indulto había calmado “innegablemente” las tensiones en Cataluña. «Resolver finalmente el conflicto hará necesarias otras medidas porque no podemos dejar esta herida abierta para siempre», añadió. Pedro Sánchez necesita el apoyo de al menos 176 parlamentarios -de un total de 350- para ganar la votación que deberá tener lugar antes del 27 de noviembre. Si fracasa, España automáticamente tendrá que celebrar nuevas elecciones que probablemente tendrán lugar a mediados de enero.