Dos hombres de nacionalidad paquistaní, de 25 y 22 años, fueron condenados el jueves a tres y dos años de prisión por introducir ilegalmente en el país a trece inmigrantes descubiertos en un camión en Grigny (Essonne) a mediados de diciembre de 2023.

En esta ciudad mediana de Essonne, una de las más pobres de Francia, los dos hombres fueron descubiertos por una patrulla policial el 13 de diciembre ocupados en la parte trasera de un camión Renault Master matriculado en Italia. Cuando la policía abrió las puertas de la furgoneta, descubrió a trece hombres «hacinados», todos de nacionalidad india o paquistaní, relata el presidente. Sus teléfonos están guardados en bolsas, todos apagados y configurados en modo avión.

Ninguno de estos inmigrantes, incluido un menor de edad, estuvo presente en la audiencia. De hecho, están internados en un centro de detención administrativa, pero algunos fueron entrevistados durante la investigación. Todos en situación irregular, describen condiciones migratorias alarmantes. “Nunca tuve agua, empezábamos a quedarnos sin oxígeno en el camión”, dijo uno de ellos a los investigadores.

Según la investigación, cada migrante tuvo que pagar unos 10.000 euros para garantizar el transporte desde India o Pakistán a Europa. Según los informes, en esta furgoneta se transportaron hasta 40 personas en varios viajes, lo que elevaba el beneficio potencial de los contrabandistas a 400.000 euros. Asistidos por un intérprete, los dos jóvenes negaron los hechos durante la audiencia, a pesar de que varios elementos telefónicos revelaron viajes de regreso entre la región parisina e Italia y mensajes de internautas en Facebook preguntando si podían «cruzar fronteras ilegalmente».

Al ser ellos mismos indocumentados, han afirmado repetidamente haber solicitado asilo en Francia. “Pobres”, explicaron “trabajando para sus padres ancianos o enfermos” que permanecieron en Pakistán. El mayor de ellos, que recibió la pena más severa y se le prohibió permanentemente permanecer en Francia, ya había sido condenado anteriormente por el Tribunal de Apelación de Grenoble por actos similares. «Podemos estar seguros de la explotación de la miseria humana, pero estas dos también son miseria humana», argumentó el abogado defensor.

Cuando se anunció la decisión, el acusado más joven, con aspecto atónito y desesperado, con los brazos colgando, empezó a exclamar en su lengua materna, antes de que la policía se lo llevara a la fuerza. Ambos hombres fueron detenidos inmediatamente.