Donald Trump, en campaña para las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, viaja el domingo a la frontera con México, en Texas, donde pretende reafirmar sus posiciones muy firmes contra la inmigración, que ya marcaron su mandato como presidente. En las últimas semanas, el ex presidente ha llevado su retórica de campaña a niveles extremos de agresión, llamando a los inmigrantes ilegales «envenenando la sangre de nuestro país» y comparando a sus oponentes políticos con «alimañas».
A menos de dos meses de las primeras elecciones primarias y a pesar del proceso judicial iniciado en su contra, Donald Trump sigue siendo el gran favorito en las encuestas en el campo republicano. En un estado que no ha colocado a un candidato demócrata a la cabeza de las elecciones presidenciales desde 1976, el multimillonario republicano planea en particular, según informes de los medios, distribuir alimentos a las fuerzas de seguridad que Texas ha movilizado para tratar de frenar el paso de inmigrantes ilegales en la frontera.
Lo acompañará el gobernador republicano Greg Abbot, quien se prepara para firmar una medida aprobada por la legislatura de Texas y planea convertir la entrada ilegal de migrantes en un delito según la ley local. El texto otorgará a las autoridades estatales el poder de arrestarlos y deportarlos a México. En Estados Unidos, este poder es federal, lo que ha llevado a muchos críticos, incluidas asociaciones de derechos civiles, a considerarlo inconstitucional.
Pero para el Gobernador Abbott, “estas disposiciones le dan a Texas nuevas herramientas para combatir los cruces fronterizos ilegales. “Texas continúa manteniendo el rumbo en medio de la crisis fronteriza del presidente Joe Biden”. Junto al expresidente republicano, acusa al actual mandatario de hacer la vista gorda ante la inmigración ilegal en la frontera sur, compuesta principalmente por nacionales de países latinoamericanos que dicen huir de la pobreza y la violencia.
Lea también: Donald Trump y el fantasma de un segundo mandato autoritario
Y al igual que Donald Trump, Greg Abbott apoya la construcción de un muro a lo largo de la frontera. En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores expresó recientemente su “rechazo a las medidas antiinmigración” de Texas, que conducirán a “separación familiar, discriminación y controles raciales”. El presidente Biden habló a finales de semana con su homólogo mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al margen del foro de cooperación económica Asia-Pacífico, para discutir, en particular, los “niveles históricos” de los flujos migratorios.