El hijo del presidente estadounidense Joe Biden, Hunter, comparece el jueves 11 de enero en Los Ángeles por fraude fiscal, un caso embarazoso para el inquilino de la Casa Blanca, que se prepara para un nuevo duelo feroz con Donald Trump. Hunter Biden, de 53 años, un empresario reconvertido a la pintura, que dice haber superado sus adicciones a las drogas y al alcohol, es uno de los objetivos favoritos de los oponentes republicanos de su padre, que lo consideran el talón de Aquiles del presidente demócrata.

Acusado en diciembre de evadir mediante un “plan” la obligación de pagar 1,4 millones de dólares en impuestos adeudados por el período impositivo de 2016 a 2019, según la fiscalía, está citado para que se le cumplan los nueve cargos y se declare culpable o no.

Esta aparición en Los Ángeles tiene lugar el día después de una audiencia parlamentaria que se convirtió en una batalla campal en Washington, cuando Hunter Biden se invitó inesperadamente a protestar contra la actitud de los republicanos, que iniciaron en septiembre una investigación de destitución contra el presidente.

Estos últimos acusan a Joe Biden, sin haber aportado hasta ahora pruebas, de corrupción y de haberse beneficiado de los polémicos asuntos de su hijo en Ucrania y China, cuando era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017). “Permítanme decirlo lo más claramente posible: mi padre nunca estuvo involucrado financieramente en mis asuntos”, aseguró Hunter Biden el 13 de diciembre, en tono serio, ante el Congreso.

El miércoles, dos comités del Congreso dominados por la mayoría republicana en la Cámara de Representantes recomendaron que fuera declarado culpable de obstruir las prerrogativas de investigación del Congreso por negarse a participar en una audiencia a puerta cerrada sobre sus intereses financieros en el ‘extraño’. Exige una audiencia pública.

Durante una de las audiencias, uno de los funcionarios electos republicanos llamó “cobarde” a Hunter Biden, mostrando fotos escabrosas de él, mientras que otro lo llamó la “encarnación del privilegio blanco”. “Lo que le están haciendo a Hunter es cruel”, reaccionó el jueves Jill Biden, la esposa del presidente estadounidense, durante una entrevista con MSNBC.

En el plano fiscal, la justicia le acusa de haber «gastado millones de dólares en un estilo de vida extravagante en lugar de pagar sus impuestos», según la acusación, que menciona su consumo de drogas, así como pagos para costearse la compañía de «acompañantes». coches y ropa de lujo. Hunter Biden enfrenta hasta 17 años de prisión en este caso.

También está acusado en otro caso en Delaware (este), por posesión ilegal de un arma de fuego. Por lo tanto, podría ser juzgado dos veces en 2024, mientras su padre hace campaña para la reelección. Llegó a un acuerdo de declaración de culpabilidad en junio que cubría cargos de evasión fiscal y adquisición ilegal de armas de fuego, lo que probablemente le habría permitido evitar la cárcel y un juicio vergonzoso para él y su padre. Pero este acuerdo fue cancelado tras las dudas expresadas en julio por un juez sobre su validez.