El ministro estadounidense de Defensa abandonó el hospital el lunes después de haber pasado dos semanas allí, anunció el Pentágono, aunque generó polémica por haber guardado silencio sobre esta hospitalización durante varios días, incluso desde la Casa Blanca. “Mientras sigo recuperándome y cumpliendo con mis deberes desde casa, espero recuperarme por completo y regresar al Pentágono lo más rápido posible”, dijo Lloyd Austin, quien había recibido el apoyo del presidente Joe Biden a pesar de su silencio.
El ex general de 70 años se enteró a principios de diciembre de que padecía cáncer de próstata. Fue operado el 22 de diciembre y regresó a casa al día siguiente, luego fue hospitalizado nuevamente a partir del 1 de enero debido a complicaciones, entre ellas náuseas y dolor intenso. La Casa Blanca no fue informada hasta el 4 de enero de su hospitalización, que se hizo pública el día 5.
La situación provocó indignación en la prensa y entre sus adversarios republicanos, en pleno año electoral y en un momento en que la primera potencia militar mundial está involucrada en varios conflictos importantes, desde Ucrania hasta Oriente Medio.
Apoyando a Kiev contra Rusia e Israel contra Hamas palestino, Washington, cuyas fuerzas son regularmente blanco de ataques en Irak y Siria, moviliza a sus socios internacionales contra los rebeldes hutíes en Yemen que amenazan el transporte marítimo en el Mar Rojo.
La Casa Blanca había admitido que estas hospitalizaciones secretas no eran “ideales” y algunos demócratas electos expresaron su malestar por la situación. Si el presidente mantenía su “confianza” en su ministro, según su portavoz, la Casa Blanca ordenaría una revisión de las normas aplicables en caso de incapacidad de altos funcionarios.