La Corte Suprema de los Estados Unidos concedió el miércoles un respiro a un recluso condenado a muerte en Texas, accediendo a su solicitud de nuevas investigaciones de ADN que, según él, podrían probar su inocencia.
Rodney Reed, de 54 años, iba a ser ejecutado en 2019, pero disfrutó de una campaña pública de apoyo encabezada por estrellas como Kim Kardashian, Beyoncé y Rihanna. Esta movilización permitió aplazar la ejecución de este afroamericano que había sido condenado por un jurado compuesto exclusivamente por blancos en 1998 por la violación y asesinato de Stacey Stites, una mujer de 19 años, dos años antes.
En el cuerpo de la víctima se habían detectado rastros de su esperma, correspondientes a su ADN, registrado en un expediente tras otra acusación de agresión sexual en su contra. Rodney Reed afirmó que él y Stacey Stites tenían una relación secreta y consensuada.
Algunos de sus patrocinadores, incluida la influyente organización ‘Innocence Project’ que lucha contra los errores judiciales en el país, dicen que la evidencia ‘sustancial’ encontrada más tarde implica al prometido de Stacey Stites, un ex oficial de policía llamado Jimmy Fennell. En 2014, Rodney Reed inició procedimientos para obtener nuevas pruebas de ADN relacionadas con 40 artículos, en particular, el cinturón que se utilizó para estrangular a Stacey Stites, probablemente, según él, para desmantelar las acusaciones en su contra.
Pero un tribunal negó su reclamo, diciendo que la evidencia no se había conservado adecuadamente. El condenado también fue sobreseído en apelación y luego ante un tribunal federal, debido a la expiración del plazo de prescripción. El preso del corredor de la muerte luego apeló a la Corte Suprema. Este último le dio la razón el miércoles, por una mayoría de seis jueces contra tres. “La única pregunta que nuestro tribunal tuvo que responder fue si la denuncia federal de Reed se presentó a tiempo. Nuestra conclusión es que sí”, dijo el juez conservador Brett Kavanaugh.