Casi 200 miembros de las fuerzas especiales afganas, entrenadas y financiadas por el Reino Unido, serán deportados de Pakistán al régimen talibán en Afganistán antes de fin de año, según la BBC. Islamabad ha anunciado que quiere devolver a 1,7 millones de afganos que han sido refugiados durante muchos años. Casi 160.000 ya habían sido expulsados ​​hasta el 1 de noviembre, según las últimas cifras comunicadas.

Entre ellos, miembros de dos unidades de élite: Commando Force 333 (CF333) y Afghan Territorial Force 444. Estas unidades, conocidas como las Triples, lucharon contra el tráfico de drogas, especialmente de opio, pero también fueron entrenadas en combate contrainsurgente. “Es una traición”, respondió a la BBC Sir Richard Barrons, un general británico que luchó durante 12 años en Afganistán.

«Esto es una traición, y el precio de esta traición será que las personas que sirvieron con nosotros morirán o pasarán sus vidas en prisión», dijo. De hecho, los miembros de estas unidades lucharon contra los talibanes hasta la caída de Kabul en el verano de 2021, a pesar de la huida del presidente Ashraf Ghani. Los comandos patrullaron la ciudad el 15 de agosto de 2021 e incluso ayudaron a asegurar el aeropuerto, el último lugar controlado por las fuerzas occidentales. Sólo diez pudieron evacuar.

Boris Johnson, entonces primer ministro británico, dijo al Parlamento que la contribución de estas fuerzas especiales había sido “increíblemente importante” y que el Reino Unido haría “todo lo que esté en su poder” para garantizarles un “paso seguro”. La mayoría de estos comandos tuvieron que huir al extranjero, ocultándose para proteger sus vidas y las de sus familias.

Los talibanes consideran a estos combatientes traidores porque trabajaron directamente con las fuerzas británicas. “Todo el equipo, la ropa, la comida, todos los gastos, incluidos los salarios, todo provino del Reino Unido. El donante de esta misión fue el gobierno británico. Está muy claro”, explicó Abdul Hadi Khalid, primer comandante del CF333, refugiado en Estados Unidos.

Algunos soldados habían intentado ser llevados al Reino Unido en el marco del Programa de Asistencia y Reubicación de Afganistán (ARAP). Pero sus peticiones fueron rechazadas, afirma la radio estatal británica. “No esperaba esto del gobierno británico… Prometieron mucho, pero cuando lo olvidan, ¿cómo puedo llamarlo? Es deshonestidad”, lamenta el ex comandante afgano.

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“Personalmente me siento avergonzado porque siento profundamente que asumimos una obligación con ellos y que no la cumplimos”, lamentó también Sir Richard Barrons. “Es más que absurdo decir que no reúnen las condiciones requeridas y que deberían ser abandonados a una suerte en manos de los talibanes”, criticó además. Lord David Cameron, actual ministro de Asuntos Exteriores británico, aseguró que había sido informado de la situación de estos comandos y quería examinar qué “podemos hacer”.

Este abandono de las fuerzas aliadas recuerda, para Francia, al de los Harkis. Algunos de estos combatientes argelinos fueron repatriados, pero la mayoría no pudieron abandonar los antiguos departamentos franceses y fueron perseguidos. En 2021, el presidente Emmanuel Macron les pidió perdón y añadió que después de “la guerra de Argelia, Francia no cumplió con sus deberes para con los harkis, sus esposas y sus hijos”.