El expresidente argentino Alberto Fernández se presentó ante la justicia el martes pasado, en medio de acusaciones de violencia de género por parte de su ex pareja, Fabiola Yáñez. Fernández proclamó su inocencia en un extenso escrito de 200 páginas, que compartió en una red social. En este documento, rechazó los cargos en su contra y solicitó su sobreseimiento, alegando que la causa en su contra es una «estafa procesal sin precedentes».
Fernández está siendo imputado por «lesiones leves doblemente agravadas por ser cometidas mediante violencia de género y contra su entonces pareja», así como por el delito de «coacción». En su declaración, el exmandatario aseguró que nunca ejerció violencia física, psicológica o económica sobre Yáñez. Además, denunció que tanto el fiscal como el juez del caso han limitado su derecho de defensa e intentado inducirlo a declararse culpable.
Durante la audiencia, Fernández, quien es peronista, se abstuvo de responder preguntas y escuchó las acusaciones en su contra. Se le imputa haber causado lesiones a su entonces pareja en al menos dos ocasiones. La exprimera dama denunció a Fernández por violencia física y psicológica el 6 de agosto, alegando que fue coaccionada para evitar denunciarlo.
El fiscal encargado del caso afirmó que Fernández ejerció violencia psicológica de forma sistemática contra Yáñez, mediante acoso, hostigamiento, control, indiferencia, insultos y más. A pesar de estas acusaciones, Fernández, de 65 años, ha negado los cargos y ha acusado a Yáñez de falso testimonio.
La fiscalía había obtenido pruebas del teléfono de la secretaria privada de Fernández, María Cantero, que incluían fotografías enviadas por Yáñez que mostraban moretones en su rostro y cuerpo. Tanto Yáñez, una experiodista de 43 años que reside en Madrid, como Cantero, ya han declarado en la causa.
Si la acusación de la fiscalía prospera y el caso se eleva a juicio oral, Fernández podría enfrentar una pena de hasta 18 años de prisión. El juez a cargo del caso, Julián Ercolini, es el mismo que lleva otra denuncia contra el expresidente por supuesta defraudación en la contratación de seguros durante su mandato. Esta denuncia aún no ha sido elevada a juicio, y Fernández previamente recusó al magistrado por supuesta parcialidad, un pedido que aún está pendiente de resolución.
En un giro inesperado, el caso de violencia de género contra el ex presidente argentino ha generado un gran revuelo en la sociedad. Las acusaciones y la defensa de Fernández han dividido a la opinión pública, que observa con atención el desenlace de este escandaloso caso judicial. El futuro de uno de los líderes políticos más prominentes del país pende de un hilo, mientras la justicia busca esclarecer la verdad detrás de las acusaciones de violencia de género.