La Orden de Médicos es «desfavorable» a que los médicos puedan participar en «un proceso que conduciría a la eutanasia» en caso de cambio en la legislación sobre el final de la vida, tras una consulta de la que publica las conclusiones el SÁBADO.

Luego de nueve meses de reflexión de sus consejos departamentales y regionales, el Colegio de Médicos se pronuncia al culminar sus trabajos la convención ciudadana sobre el final de la vida. Probablemente recomendará el domingo la legalización de la «asistencia activa al morir», sin que se sepa aún cuáles son las intenciones del Presidente de la República al respecto.

El Colegio de Médicos dice en el preámbulo «desfavorable cualquier posibilidad de instaurar un procedimiento activo de muerte asistida para menores y personas incapaces de expresar su voluntad». En caso de cambio legislativo hacia la legalización de la asistencia activa al morir (eutanasia y/o suicidio asistido), «será desfavorable la participación de un médico en un proceso que conduzca a la eutanasia, el médico no puede provocar deliberadamente la muerte por la administración de un producto letal”.

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En caso de legalización del suicidio asistido, la Orden solicita una cláusula de conciencia específica “que podrá ser destacada en cualquier momento del procedimiento”, sin que por ello impida al médico que reclama esta cláusula continuar con el seguimiento de su paciente. Para la Orden, «la valoración, la decisión de elegibilidad para la ayuda activa al morir y la responsabilidad deben ser colegiados» y el médico tratante o remitente «debe ser sistemáticamente miembro» de este colegio si no ha invocado su cláusula de conciencia.

Si es “desfavorable a la participación activa del médico durante la toma del producto letal por parte del paciente”, considera que debería poder seguirlo hasta sus últimos momentos si no ha hecho valer su cláusula de conciencia. Finalmente, la Orden cree que “la ley debe proteger al médico que participa en el procedimiento de asistencia activa al morir”.

En el estado actual de la legislación, la Orden «considera imperativo permitir una mejor aplicación de la ley Claeys-Leonetti», que prohíbe la eutanasia y el suicidio asistido, pero permite «la sedación profunda y continua hasta la muerte» en casos específicos, y dice que está especialmente dispuesto a contribuir «al desarrollo de los cuidados paliativos y de apoyo».