Un intestino sano te ayuda a sentirte bien física y mentalmente. Lee aquí cómo puedes hacer algo bueno para tu digestión con el desayuno.

La flora intestinal tiene efectos de gran alcance en nuestro bienestar. Si no está alineado, esto puede provocar, entre otras cosas, propensión a infecciones, obesidad o problemas gastrointestinales.

Una dieta respetuosa con el intestino es clave. En este contexto, se debe prestar especial atención a una alta proporción de fibra, tanto en alimentos probióticos como prebióticos.

La fibra previene el estreñimiento y también ayuda a mantener en equilibrio los niveles de colesterol y azúcar en sangre. Las verduras de invierno, los cereales y los frutos secos son ricos en fibra.


Los prebióticos son fibra que sirve de alimento a las bacterias intestinales beneficiosas. Los alimentos prebióticos incluyen alcachofas, trigo, centeno y plátanos.


Los alimentos probióticos, por otro lado, son ricos en cepas bacterianas beneficiosas como las lactobacterias. Se pueden encontrar en vegetales fermentados como el kimchi o el chucrut así como en el yogur natural.


Los ácidos grasos omega-3 juegan un papel importante en la salud intestinal. Según un estudio, los ácidos grasos realmente dan forma a la flora intestinal y garantizan que en ella haya tantas cepas bacterianas útiles como sea posible.


Si quieres hacer algo bueno por tu intestino, evita al máximo la sal. Según un estudio de Berlín, demasiada sal daña las lactobacterias beneficiosas de la flora intestinal.


La especia de cúrcuma se considera un verdadero todoterreno. Según un estudio de la Universidad de California, la curcumina que contiene aumenta el número de bacterias intestinales beneficiosas en una media del 69 por ciento.


Este desayuno saludable es rico en fibra y probióticos. Su sabor es maravillosamente cálido, especialmente en la estación fría.

Ingredientes para una ración:

Poner en una olla los copos de avena, el salvado de avena y la leche o agua y llevar a ebullición. Luego cocine a fuego lento la papilla durante unos minutos hasta que espese.


Consejo: Sazone las gachas con vainilla o canela y decore el desayuno caliente con bayas frescas y nueces.


Este abundante desayuno es rico en proteínas, fibra y enzimas digestivas.

Para una porción necesitas:

Primero, cortamos la chirivía, el calabacín y el pimiento en tiras finas y asamos ligeramente las verduras en una sartén con un poco de aceite de oliva.
Ahora vierte el skyr en un bol y añade las verduras asadas por encima. Finalmente se añade el kimichi. Las verduras picantes de col en escabeche procedentes de Corea se consideran un auténtico refuerzo para el intestino y, a ser posible, se deben consumir crudas.  


Esta deliciosa variante de papilla no sólo es un verdadero placer para el paladar, sino que también llama la atención gracias al intenso color de la cúrcuma.

Ingredientes para una ración:

Poner los copos y la leche en un cazo y llevar la mezcla a ebullición. Luego cocine a fuego medio durante cinco minutos, revolviendo ocasionalmente.


Luego se parte el plátano por la mitad, se machaca la mitad y se añade a la papilla. Luego añade la naranja exprimida y las especias.


En el siguiente paso, se tuestan los palitos de almendras en una sartén sin grasa y luego se distribuyen sobre la papilla junto con el resto del plátano en rodajas y los arándanos.    


Consejo: si te gusta más dulce, puedes agregar un poco de miel o jarabe de arce.


Con este budín empiezas el día con fuerza. El desayuno es rico en ácidos grasos omega-3 y fibra.

Para dos porciones necesitas:

En el primer paso, pon las semillas de chía y los copos de avena en un bol con el agua tibia: deja todo en remojo durante unos minutos.
Mientras tanto, corta la manzana y el plátano en trozos pequeños y pon la fruta en un bol. Rocíe jugo de limón por encima y mezcle todo bien.

Luego poner una porción del pudín en un bol de desayuno con una porción de fruta encima. Finalmente, rocía el aceite de linaza por encima y decora el pudín con las bayas, los higos y las nueces.


Nada calienta tanto por la mañana como un vaso caliente de leche dorada. Pruébalo y empieza el día en forma. La bebida se prepara rápidamente y, por tanto, es ideal si no hay tiempo para un desayuno largo.

Para un vaso de leche dorada necesitas:

Para obtener una leche dorada perfecta, pon todos los ingredientes en la batidora y mezcla todo bien hasta lograr una consistencia fina. Si te gusta aún más fino, puedes colar la leche de cúrcuma con un colador.

Consejo: ¡La leche dorada ya está lista para tomar! Si bebes los ingredientes crudos, las sustancias que contienen funcionan mejor. Sin embargo, si prefieres beber la leche caliente, puedes hervirla brevemente en una olla y luego removerla aún más esponjosa con un espumador de leche.