Fue el pasado 15 de mayo, durante una entrevista a las 20 horas en TF1. “Abrimos la puerta a la formación de pilotos ucranianos. Y esto junto con varios otros países europeos que están preparados para ello”, declaró Emmanuel Macron, considerando que esta formación podría comenzar “ahora mismo”. Siete meses después, los contornos de esta declaración son cada vez más claros. En un texto que resume los resultados del año 2023 en materia de apoyo a Ucrania, el Ministerio de las Fuerzas Armadas indicó que “los primeros pilotos llegarán a principios de 2024”.

Desde el comienzo de su guerra contra Rusia, Ucrania ha necesitado desesperadamente aviones de combate para controlar los cielos o al menos desafiar la superioridad aérea de su enemigo. En julio, Estados Unidos dio luz verde a la entrega de F-16. En realidad, el entrenamiento de los pilotos ucranianos en estos aviones había comenzado con antelación, a partir de junio de 2023. Francia, que no tiene un F-16, había comenzado a entrenar “personal aéreo militar” en el Mirage 2000* a principios de año. , reveló Le Figaro. Pero todavía no hay pilotos.

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En su comunicado del 19 de diciembre, el ministerio indica que esta vez Francia ofrecerá una “formación inicial” a los pilotos, antes de que continúen “su curso en aviones de combate gracias a la formación impartida por nuestros socios”. Si los pilotos ucranianos siguen el circuito clásico de un piloto francés, deberían participar en una formación inicial, teórica y práctica, en la base aérea 701 de Salon-de-Provence, que alberga el Centro de Formación Aeronáutica Militar Inicial (CFAMI). .

Además del imprescindible simulador, los aspirantes podrán volar “en el avión Cirrus SR-20”, un monomotor estadounidense de cuatro plazas, estima Xavier Tytelman, consultor aeronáutico y ex tripulante de la aviación naval. El resto del curso se desarrolla normalmente en Cognac, donde los futuros pilotos de combate vuelan en aviones de entrenamiento Grob o Pilatus PC-21. “Francia está acostumbrada a impartir formación inicial a pilotos extranjeros, ya que ya lo ha hecho con belgas o singapurenses”, explica el ex piloto.

Esta formación inicial probablemente se impartirá a pilotos ucranianos que no tengan experiencia a bordo de un avión de combate. Algunos pilotos de líneas aéreas, por ejemplo, quieren convertirse en pilotos de combate para la guerra. “Debemos enseñarles los fundamentos del pilotaje y las habilidades militares, como patrullar, volar a baja altura, el uso del radar…”, explica Xavier Tytelman. Los pilotos de combate ucranianos se «transforman» directamente en el F-16, porque ya conocen todas las técnicas de bombardeo, vuelo de patrulla o combate aéreo que han experimentado, por ejemplo, en su avión MiG-29.

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Tras esta formación inicial, los futuros pilotos ucranianos podrán formarse en el manejo de los F-16, en particular en la base aérea rumana de Fetesti, que acogerá el centro internacional de formación a principios de 2024. El fabricante estadounidense Lockheed Martin del dispositivo americano, proporcionará formación y mantenimiento.

* El grupo Dassault es propietario del “Figaro”.