Francia prohibió la importación de cerezas tratadas con fosmet, un insecticida ya prohibido en el país, según un decreto del 16 de marzo, publicado este sábado en el Diario Oficial. La Comisión Europea se había negado a principios de 2022 a renovar el registro de esta molécula, utilizada para luchar contra la Drosophila suzukii, un diminuto mosquito invasor, que llegó a Francia hace diez años.
En particular, invocó los “riesgos inaceptables para operadores, trabajadores, transeúntes y residentes”, señalados por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa). La decisión también señaló «un alto riesgo agudo y crónico para los consumidores», así como para la vida silvestre. «La introducción, la importación y la comercialización gratuita o contra pago en Francia de cerezas frescas destinadas a la alimentación producidas en un país que autorice productos fitosanitarios que contengan la sustancia activa fosmet para el tratamiento de los cerezos quedan suspendidas por un período de un año a partir de la entrada en vigor de este decreto», indica el texto del decreto.
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Por otro lado, prevé una excepción para las cerezas de estos países cultivadas en agricultura ecológica, “teniendo en cuenta que las normas europeas relativas a la producción ecológica de cerezas no permiten el uso” de plaguicidas que contengan esta sustancia activa. La prohibición del uso de esta molécula ha suscitado serias preocupaciones entre los arboricultores de Francia, algunos de los cuales se manifestaron el pasado mes de enero, en particular en Ardèche, Vaucluse, Gard y Rhône, por temor a una caída drástica de su cosecha.
Drosophila Suzukii, que se reproduce a la velocidad del rayo, pone sus huevos en frutos rojos maduros, especialmente cuando el clima es cálido y húmedo. Según los arboricultores franceses, los productos aún autorizados (Success 4, Exirel, Karate Zeon, en particular) requerirían más tratamientos incluso para una eficacia reducida. Hace siete años, la prohibición de una primera molécula también considerada tóxica por las autoridades sanitarias, el dimetoato, ya había aumentado la carga de trabajo, según los productores.