El nuevo embajador de Francia en Venezuela, Emmanuel Pineda, presentó este miércoles sus cartas credenciales al presidente Nicolás Maduro, normalizando relaciones que se habían tensado con el no reconocimiento de Francia de su reelección en 2018. La ceremonia en el palacio presidencial fue transmitida en vivo por la televisión pública. El exembajador en Honduras, Emmanuel Pineda, entregó sus cartas al presidente, luego los dos hombres intercambiaron un largo apretón de manos antes de discutir brevemente, sentados frente a las cámaras pero sin sonido.
“Hay normalización, sí. Son tiempos diferentes”, dijo Luis Angarita, profesor especialista en relaciones internacionales de la Universidad Central de Venezuela (UCV). A raíz de Washington, París no reconoció la reelección de Nicolás Maduro para un segundo mandato en 2018 y apoyó al opositor Juan Guaidó, quien se había autoproclamado presidente interino. Este episodio ya es cosa del pasado, ya que la propia oposición le puso fin a principios de año.
“Ya había habido un reconocimiento (al señor Maduro por parte de Emmanuel Macron) durante la reunión” en Sharm el-Sheikh en 2022, recuerda Luis Angarita. Durante esta reunión filmada en los pasillos de la COP27, Emmanuel Macron había calificado en particular a Nicolás Maduro como «presidente». Luis Angarita destaca que la crisis de Ucrania es un elemento clave: “El mundo debe diversificar sus fuentes (de suministro de petróleo) con África y América. Venezuela, que tiene las mayores reservas del mundo, ¡reingresa así a la geopolítica! Francia lo ha entendido. Francia tiene “intereses” precisa Luis Angarita, al señalar que el grupo petrolero francés Maurel
Emmanuel Pineda reemplaza a Romain Nadal, muy popular en Venezuela, especialmente en las redes sociales, quien estaba en el cargo desde 2017. La longevidad de Romain Nadal, designado en Argentina, se explica entre otras cosas por finura diplomática. “Europa estaba metida en el juego de reconocer o no a Maduro”, según Luis Angarita. Entregar credenciales hubiera sido un reconocimiento a Nicolás Maduro. No cambiar de embajador permitía “mantener el mismo estatus”, tener un “embajador y no un encargado de negocios”.