Desde las 10 de la mañana del martes, investigadores de la Seguridad de Québec registran un centro de llamadas supuestamente gestionado por personas sospechosas de pertenecer a una red de fraude tipo abuelo, en el oeste de la isla de Montreal.
Una cincuentena de investigadores, principalmente del Equipo Nacional de Represión del Crimen Organizado (ENRCO), registraron tres direcciones vinculadas al mismo edificio comercial situado en la avenida de la Baie-de-Valois, en Pointe-Claire.
El puesto de mando de la Sûreté du Québec fue enviado al lugar.
Dos residencias y al menos un vehículo también son objeto de órdenes de registro en Notre-Dame-de-l’Île-Perrot y Vaudreuil-Dorion.
Ningún sospechoso será acusado en este momento, ya que se trata de búsquedas realizadas como parte de una investigación iniciada en 2022.
Actualmente se desconoce si la red está conectada a una organización criminal y, de ser así, cuál. Pero el mandato de ENRCO es luchar contra los líderes del crimen organizado en Quebec.
Sin embargo, sabemos que la mayoría de las presuntas víctimas viven en Estados Unidos.
Los fraudes tipo abuelo han aumentado en los últimos años en Quebec y Canadá.
Ahora se cree que el crimen organizado está involucrado en este tipo de fraude, ya que la policía observó vínculos con líderes de la mafia de Montreal durante una investigación llamada Partnership en 2021 y, más recientemente, en otra investigación llamada Sharp y dirigida por la Policía Provincial de Ontario (OPP). .
Según las fuentes, los estafadores pueden, por ejemplo, reclutarse entre los clientes de los cafés que han acumulado deudas de juego con el crimen organizado.
La red puede contar con uno o más centros de llamadas, desde donde se realizan llamadas fraudulentas y que cambian de dirección después de un cierto tiempo para confundir a la policía.
La víctima clásica del fraude de los abuelos suele ser una persona mayor vulnerable y aislada que recibe una llamada de alguien que se hace pasar por su nieto o nieta, que dice que ha sido arrestado y que necesita una cantidad de dinero para obtener su libertad.
Durante la llamada puede intervenir otra persona haciéndose pasar por un abogado o un policía.
Se puede pedir a la víctima que haga una transferencia o un cómplice puede acudir a su domicilio para recoger el dinero.
Las pruebas recogidas durante la investigación de la Asociación demostraron en particular que los defraudadores cambiaron de ciudad o de estado en Estados Unidos después de haber operado allí durante un tiempo determinado.















