Al menos 29 personas murieron en el hundimiento de un pequeño ferry frente a Gabón el 9 de marzo y otras ocho siguen desaparecidas, luego de que se recuperara un cuerpo el jueves, según un nuevo número de muertos anunciado por el gobierno.

Quince días después de la tragedia, continúan las investigaciones para encontrar los restos de los desaparecidos, dijo el viernes el gobierno en su sitio web.

Ciento veinticuatro náufragos habían sido recuperados con vida de los 161 ocupantes del Esther Miracle registrados oficialmente a bordo cuando zarpó de la capital Libreville para llegar al puerto petrolero de Port-Gentil en la noche del 8 al 9 de marzo.

Este buque mixto de pasajeros y carga de la empresa privada Royal Cost Marine (RCM) se hundió en plena noche a diez kilómetros de la costa. Su deterioro, así como su inadecuación para el transporte de pasajeros, han sido cuestionados en particular por los medios locales, familias y grupos de la sociedad civil. El 17 de marzo, la fiscalía de Libreville anunció el arresto de 33 personas desde la tragedia como parte de una investigación criminal para determinar las causas del hundimiento, en particular funcionarios del Ministerio de Transporte, la Marina Mercante y ejecutivos de RCM. Desde entonces, no se ha filtrado nada sobre la investigación.

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Los náufragos también han declarado en diversos medios no haber sido guiados por la tripulación durante la evacuación, haber permanecido largas horas en el agua, agarrados a las lanchas neumáticas de salvamento que tomaban agua o a sus boyas de salvamento, antes de la llegada de los primeros auxilios a pesar de la proximidad de Libreville.

El naufragio se produjo no lejos de la entrada al golfo que alberga Libreville y la falta de respuesta de los servicios de salvamento también es cuestionada públicamente por los medios de comunicación y por los supervivientes, rescatados primero por pescadores artesanales y luego por una barcaza. empresa privada. “Hay demasiadas negligencias, compromisos, privilegios y pequeños arreglos, el sector del transporte está particularmente preocupado, ya sea marítimo, terrestre o ferroviario”, estimó el 17 de marzo el Primer Ministro, Alain-Claude Bilie-By-Nze, prometiendo “sanciones administrativas sin perjuicio de las sanciones penales”. “También observo con pesar que el fenómeno de la corrupción en nuestra administración se vuelve preocupante”, concluyó el jefe de Gobierno, al día siguiente de la renuncia del ministro de Transporte, Brice Paillat.