Las palabras de Gabriel Attal definitivamente no han pasado a la izquierda. Después de una jornada pasada en Viry-Châtillon (Essonne), el jueves, el primero denunció en BFM TV «un entrismo islamista» que defiende «los preceptos de la Sharia, especialmente en nuestras escuelas», en particular tras la muerte grave de Shemseddine, de 15 años. golpeado cerca de su universidad por una disputa relacionada con la hermana de dos de sus atacantes.
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«Cuando tenemos este tipo de comentarios del primer ministro, se alimenta el racismo», juzgó este domingo Cyrielle Chatelain, jefa de los diputados ecologistas. Al micrófono de Radio J, el representante electo de Isère estimó incluso que Gabriel Attal alimentaba “una obsesión por la cuestión de los musulmanes”, acusándolo de “retomar las palabras y las ideas” de la Agrupación Nacional (RN).
“Me refiero a su intervención, que fue extremadamente selectiva y que hoy alimenta el malestar de una gran parte de la comunidad musulmana, la sensación de ser tratados como ciudadanos de segunda clase, de estar en el dedo índice. Y eso no es aceptable”, prosiguió, argumentando que un primer ministro “debe ser garante de la unidad de la nación” mientras “aquí sigue fragmentándose, fragmentándose”.
A un mes y medio de las elecciones europeas, Cyrielle Chatelain asegura no obstante que no sabe «hasta qué punto está convencido de lo que dice y hasta qué punto se encuentra en una estrategia en la que cree que retomando las palabras del Rally Nacional, los debilita, lo cual es falso.
Tras la acusación del Primer Ministro, la parlamentaria dijo que esperaba a cambio “firmeza en el instituto privado Stanislas, donde estábamos preocupados por el fundamentalismo religioso”. Según un informe de Educación Nacional, publicado por Médiapart, el instituto incurrió en “anomalías en la aplicación del contrato de asociación con el Estado”, como la obligación de asistir a clases de catecismo.