Le Figaro Burdeos

Mientras que el termómetro marca esta semana hasta 32 grados en Burdeos, la playa de Lacanau está siempre llena. El concejal decidió abrir esta semana de forma excepcional dos puestos de primeros auxilios, aunque desde el 24 de septiembre sólo funcionaban los fines de semana. “El clima es muy favorable. La semana pasada y este fin de semana tuvimos alerta Baïne. Nosotros somos los que estamos más cerca, con autobuses que vienen desde tierra firme. No podemos comportarnos de manera egoísta. Debemos controlar”, explica Laurent Peyrondet.

Un problema de seguridad muy real: con cada alerta prefectural en Baïnes, Nueva Aquitania, los bañistas se encuentran en dificultades o incluso se ahogan. Última muerte: un hombre de unos cincuenta años murió el sábado en la playa de Mimizan (Landas) a pesar de la intervención de los nadadores de rescate. “El océano es un gran patio de recreo, pero puede ser peligroso. Cuando las condiciones son difíciles, hay que nadar dentro de las zonas de vigilancia”, insiste el alcalde de Lacanau.

El concejal también se muestra preocupado por el fenómeno meteorológico: “No vamos a decir que no estemos contentos de que haga buen tiempo, pero aquí estamos 10 grados por encima de las normas estacionales. Tendremos que adaptarnos para el futuro”. Una evolución que debe ser, en particular, financiera. Si bien ya gasta 650.000 euros al año para vigilar sus playas, la ciudad de Lacanau acaba de firmar esta semana un nuevo cheque de 15.000 euros para esta apertura excepcional.

“No quiero que seamos el único municipio en reabrir nuestros puestos de primeros auxilios. Necesitamos trabajar en este tema para el futuro”, explica Laurent Peyrondet. Sin embargo, el magistrado jefe de Lacanau es consciente de lo que está en juego: “Tenemos ingresos del turismo, así que nos las arreglamos. Pero en los municipios que no tienen, te imaginas que cerraron la cabina de vigilancia hace mucho tiempo. Tenemos que ayudarlos”.