El Parlamento griego rechazó este jueves una moción de censura contra el Gobierno conservador de Kyriakos Mitsotakis, acusado por la oposición de ocultar responsabilidades políticas en la catástrofe ferroviaria de 2023. Ciento cincuenta y nueve diputados se pronunciaron en contra de esta moción, presentada por el partido socialista. El Pasok, apoyado en particular por el principal partido de oposición de izquierda, Syriza, tiene 141 votos a favor. Su fracaso no estaba en duda porque el partido de derecha Nueva Democracia del primer ministro tiene una mayoría absoluta en el parlamento unicameral.
Atacado por su gestión considerada desastrosa por la colisión que dejó 57 muertos el 28 de febrero de 2023 y conmocionó a todo el país, Mitsotakis aseguró que «nunca hubo una orden de ocultar» responsabilidades políticas. “Te miro a los ojos y te lo digo”, insistió, belicoso mientras varios diputados vehementes de izquierda lo abucheaban.
En este accidente, que recientemente calificó de «trauma nacional», «los fallos crónicos del Estado se toparon con errores humanos», subrayó, asegurando que quería decir la «verdad» ante una «sociedad desconfiada y enojada». Poco antes de la votación, decenas de manifestantes se reunieron frente al parlamento y exhibieron una gran pancarta negra que decía: «No olvidamos nada, exigimos justicia».
Durante dos días, y casi dos noches enteras, de enconados debates, se formularon acusaciones de negligencia y acciones criminales contra el gobierno. «Nos negamos a aceptar la persistencia de la corrupción, el encubrimiento y la impunidad», subrayó el líder del Pasok, Nikos Androulakis. «El noventa por ciento de la sociedad ya no les cree y ya no confía en ustedes, es la sociedad la que nos trajo hoy aquí», aseguró el líder del grupo parlamentario de Syriza, Socratis Famellos, calificando este accidente de tren de «crimen».
La presentación de esta moción de censura el martes se produjo después de que el periódico dominical To Vima revelara que las grabaciones de las conversaciones entre el director de la estación y los maquinistas la noche del accidente fueron manipuladas para apoyar la tesis del error humano. Kyriakos Mitsotakis calificó el artículo de “engañoso”. “¿No les da vergüenza insinuar (que estas conversaciones fueron modificadas)?” Desde hace un año, familiares de las víctimas y dirigentes políticos apoyados por parte de la sociedad civil siguen denunciando la grave negligencia que provocó este accidente.
Este choque frontal entre un tren de pasajeros y un convoy de mercancías puso de relieve “los inaceptables fallos en la seguridad de los ferrocarriles griegos”, según el texto de la moción de censura, y en particular los considerables retrasos sufridos por Grecia en la modernización de sus sus sistemas de señalización. «A la oligarquía criminal (…) se ha añadido un intento igualmente criminal y metódico de encubrir el asunto», prosigue el texto, que también ataca al ex Ministro de Transportes, Kostas Karamanlis, que dimitió al día siguiente de la catástrofe. Hablando en el parlamento, este último, también diputado, aseguró: “si alguien tiene acusaciones reales contra mí con pruebas, (…) que las presente”.
Desde hace meses, el colectivo de familiares de las víctimas exige el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de Karamanlis y de su predecesor de izquierda, Christos Spirtzis. En el Parlamento Europeo, la representante de este colectivo, Maria Karystianou, también acusó al gobierno de “encubrimiento”. Hasta ahora, por este caso han sido procesados más de 30 empleados ferroviarios, pero ninguna persona de alto rango. El director de la estación de Larissa, la ciudad más cercana al accidente, a unos 300 kilómetros al noroeste de Atenas, se encuentra en prisión preventiva por “homicidio por negligencia”.
La colisión provocó una ola de indignación entre los griegos que salieron masivamente a las calles. El día después de la tragedia, Kyriakos Mitsotakis atribuyó la tragedia a “un trágico error humano” y desde entonces ha insistido en que correspondía a la justicia arrojar luz sobre este asunto. El 28 de febrero, entre ira y lágrimas, unos 30.000 manifestantes volvieron a manifestarse para conmemorar el accidente.