Los diputados votaron este lunes 10 de julio a favor de la utilización de guardias penitenciarios contractuales que puedan auxiliar a los titulares, a fin de enfrentar las dificultades de contratación de la administración penitenciaria.

El artículo, aprobado en primera lectura como parte del examen de un proyecto de ley de justicia, prevé también que los funcionarios jubilados pueden incorporarse a la reserva civil penitenciaria hasta los 67 años, que prevé en particular misiones de formación. Finalmente, perpetúa una medida ensayada desde 2020, que permite a los funcionarios penitenciarios utilizar cámaras corporales durante sus intervenciones.

La izquierda y la Agrupación Nacional criticaron en el hemiciclo esta utilización de trabajadores subcontratados, juzgando que mejores remuneraciones serían más efectivas para atraer más candidatos. Estos “supervisores adjuntos”, con edades comprendidas entre los 18 y los 30 años, podrán ser contratados por un período de tres años, renovable una vez. El objetivo de la medida es atraer a jóvenes reacios a presentarse a las oposiciones o que deseen trabajar cerca de su lugar de residencia.

“El Estado rechaza la selección por concurso, que sigue siendo una forma de garantía de la calidad de la formación”, estimó la socialista Cécile Untermaier. Por el lado de los Insoumis, Antoine Léaument juzgó que “poco a poco, con este estatus contractual, estamos destruyendo el servicio público”. “No reemplazarán a los supervisores, no tendrán las mismas misiones”, respondió el Guardián de los Sellos, Éric Dupond-Moretti.

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El ministro también recordó su anuncio a principios de año de una reforma del estatuto de unos 40.000 funcionarios penitenciarios, con una mejora del índice y de las indemnizaciones al final de la jornada. Ha venido una reforma para precisar que los “supervisores adjuntos” estarán “bajo la responsabilidad jerárquica” de los titulares. Durante las misiones en contacto con los detenidos, estarán “en pareja” con ellos.

Tras la protesta suscitada por la reforma de las pensiones, LFI también calificó de “provocación” la rebaja a 67 años del límite de edad para los retirados que deseen incorporarse a la reserva penitenciaria. “Su líder Máximo tiene 72 años”, replicó el Sr. Dupond-Moretti, en referencia a Jean-Luc Mélenchon, nacido en agosto de 1951. El ministro también defendió la sostenibilidad de las cámaras que pueden utilizar los agentes, “porque evita un número de agresiones», con un efecto disuasorio sobre los reclusos.