Las autoridades ucranianas se indignaron el lunes 2 de octubre por una publicación del multimillonario Elon Musk, en particular propietario de la red social X, burlándose del presidente Volodymyr Zelensky.
Durante la noche del domingo al lunes, publicó un irónico montaje fotográfico que supuestamente mostraba a un Volodymyr Zelensky muy tenso, acompañado del texto: «cuando han pasado cinco minutos desde que pediste miles de millones de dólares en ayuda». Un guiño en referencia a las exigencias del presidente ucraniano, que busca obtener de sus aliados occidentales más armas y ayuda financiera para la defensa de su país.
En Kiev la publicación no hizo ninguna gracia. “Cualquier silencio o ironía sobre Ucrania hoy es un estímulo directo a la propaganda rusa, que justifica la violencia y la destrucción generalizadas”, respondió el asesor presidencial ucraniano Mykhaïlo Podoliak.
Ruslan Stefantchouk, presidente del Parlamento ucraniano, respondió en el mismo tono que Elon Musk, burlándose del multimillonario que “intentó conquistar el espacio” pero se encontró “hasta los ojos en la mierda en cinco minutos, cuando algo salió mal”. SpaceX, otra de las empresas de Elon Musk, vio explotar su cohete Starship en pleno vuelo poco después de su primer despegue en abril, lo que el empresario consideró sin embargo un primer vuelo de prueba «fantástico».
El rico empresario, conocido por sus publicaciones a menudo escandalosas, dirige Starlink, una red de comunicaciones por satélite que ha sido esencial para el ejército ucraniano. Pero recientemente ha adoptado posiciones más controvertidas sobre el conflicto, tema sobre el que comenta regularmente.
Ucrania y Elon Musk tienen una relación compleja. Kiev le agradeció el despliegue de sus satélites, pero luego se indignó cuando propuso que el país cediera territorio para lograr la paz. Recientemente, el multimillonario también afirmó haber impedido un ataque ucraniano a una base naval rusa el año pasado al rechazar una solicitud de Kiev para activar el acceso a Internet a través de Starlink en el Mar Negro, cerca de Crimea anexada por Moscú.