«Dos días después del 7 de octubre, cuando nos recuperamos del shock inicial y comprendimos la magnitud de la catástrofe que había azotado a este país, comenzamos a recolectar (documentos)», explica a la AFP Raquel Ukeles, directora de recaudaciones del Instituto Nacional. Biblioteca de Israel.

Los testigos confían primero en uno de los proyectos israelíes, como «Edut 710» («Testimonio del 7 de octubre»), destinado a recopilar huellas (testimonios, mensajes de WhatsApp, fotografías y vídeos) relacionados con las atrocidades del 7 de octubre. Estos datos son luego centralizados por la Biblioteca Nacional de Israel (NLI), que ha creado una base de datos de escala «sin precedentes», impulsada por decenas de iniciativas locales e internacionales, indica Raquel Ukeles.

Ese día, cientos de hombres armados se infiltraron en comunidades israelíes en el borde de la Franja de Gaza, bases militares, carreteras, un festival de música, una playa y pueblos, matando a cientos de personas de todas las edades. El ataque provocó la muerte de más de 1.160 personas, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes. Unas 250 personas fueron secuestradas y llevadas a Gaza y, según Israel, 130 rehenes siguen retenidos allí, 30 de los cuales están muertos, según las autoridades israelíes. En represalia, Israel lanzó una ofensiva contra Hamás en la Franja de Gaza, de la que tomó el control en 2007, que dejó más de 29.000 muertos, la gran mayoría civiles, según el Ministerio de Sanidad de Hamás. Cifras que no son verificables.

Testimonios del terror vivido por los israelíes el 7 de octubre, imágenes de víctimas torturadas y fusiladas sumariamente, filmadas con cámaras GoPro y teléfonos de comandos de Hamás, circulan rápidamente en las redes sociales, a veces retransmitidas en tiempo real en las cuentas de los familiares de las víctimas. Recoger estos documentos digitales fue la primera emergencia “porque estaban desapareciendo”, explica Ukeles, precisando que en las tres semanas posteriores al 7 de octubre, la biblioteca recogió 200.000 segmentos de vídeo. En total, prevé recopilar, analizar y archivar “60 terabytes de material, el equivalente a 50 mil millones de páginas”, un trabajo que llevará años.

Más de cuatro meses después de los hechos, cada vez más testigos empiezan a hablar. La Fundación USC Shoah de Steven Spielberg, uno de los socios internacionales de la colección NLI, recopiló los testimonios de unos 400 testigos de las masacres y la toma de rehenes. «Es una atrocidad masiva (…) el ataque antisemita más importante desde la Shoah», afirmó su director, Robert Williams, un investigador especializado en antisemitismo y en la Shoah que colabora en particular con la Unesco. Considera que el trabajo de recopilación de testimonios y pruebas de las atrocidades del 7 de octubre es tanto más necesario dada “la rapidez con la que comenzó a aparecer en las redes sociales una negación de estos hechos”.

“La masa de pruebas documentales (…) es en sí misma una prueba contra quienes la niegan”, explica Raquel Ukeles. Según ella, la base de datos del NLI permitirá “testificar lo que realmente ocurrió el 7 de octubre”. Y “si hacemos bien nuestro trabajo”, añade, “entonces los historiadores podrán hacer el suyo”.