Le Figaro Burdeos

Ojos irritados, hormigueo en la garganta, picazón e incluso hemorragias nasales. El personal y los estudiantes del colegio Val des Pins de Teich (Gironda) conocen bien estos síntomas. En 2021, el establecimiento tuvo que cerrar durante varias semanas para desinfectar las aulas donde había proliferado el moho. Dos años más tarde, los padres de los estudiantes notaron la reaparición de los síntomas y dieron la alarma. El departamento, sin embargo, quiere dar tranquilidad y explica que esta vez la situación sería muy diferente.

“Lo que causó preocupación en 2021 fue un hongo, del género Aspergillus, que se manifestaba en halos visibles y que preocupaba a los ocupantes de la escuela”, recuerda Anaïs Luquedey, directora de escuelas del departamento de Gironda. “Después de tomar muestras, notamos la presencia de Aspergillus en umbrales más allá de los indicados por la ARS (agencia regional de salud, nota del editor), lo que llevó al tratamiento de toda la universidad y al cierre durante seis semanas”. Desde entonces, la comunidad instaló sensores y realizó estudios, mientras planea realizar “trabajos a gran escala” para cambiar toda la ventilación de la universidad. Comenzaron durante las vacaciones de octubre.

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Pese a estas medidas, nuevos testimonios comenzaron a surgir en las redes sociales. Un padre de un estudiante afirma que, la víspera de las vacaciones, “los alumnos de 5° C fueron evacuados de la sala de español debido a hemorragias nasales, ataques de tos y ojos llorosos en la mayoría de ellos”, y considera “absolutamente inaceptable que Los padres de los estudiantes afectados no fueron informados.” El padre de una colegiala habla de una “cita oftalmológica de urgencia” debido a los “ojos muy irritados” de su hija. “Las setas han vuelto”, alarma otra madre. El 16 de noviembre, la madre de un estudiante recibió una respuesta del establecimiento, afirmando que las áreas identificadas con demasiado moho habían sido “localizadas y tratadas” durante las vacaciones escolares y que se tomarían nuevas muestras.

La reaparición de las setas probablemente también se haya visto favorecida por las condiciones meteorológicas de las últimas semanas. “Desde mediados de octubre, el contexto higrométrico (el nivel de humedad del aire, ndr) es excepcional en Gironda”, recuerda Marianne Miossec, subdirectora de escuelas superiores del departamento. “En la zona de Teich las zanjas se desbordan por todas partes. Tan pronto como tenemos un poco de humedad y un clima templado, es un factor de riesgo”. Recuerda además que “la naturaleza patógena de los hongos se expresa en relación con su presencia en el medio ambiente”. Por lo tanto, es el exceso de moho, y no el moho en sí, lo que plantea riesgos.

El 14 de diciembre se celebró una unidad de crisis en la prefectura de Gironda, en presencia de representantes de la Educación Nacional y de la ARS. “Se decidió continuar y reforzar los controles”, precisa Anaïs Luquedey. “Se envió una encuesta epidemiológica a todos los adultos y niños, para tener una caracterización más precisa de los síntomas y una visión más fina de su origen”. Esta encuesta finalizará este viernes, para que se puedan analizar los datos durante las vacaciones de Navidad. Completará los datos en el registro de enfermería del establecimiento. La sección de la Federación de Consejos de Padres (FCPE) de la universidad estaba preocupada por un “control de salud demasiado superficial” sólo con este registro.

Aunque actualmente no está previsto ningún cierre permanente de las salas ni del colegio, la dirección del establecimiento afirma que “por precaución, en cuanto se informa de un disturbio, se traslada la clase”. El colegio también explica que “se han realizado tratamientos y trabajos” y que “otros se realizarán y están planificados”. Estas obras de “estructuración” se realizarán tanto en ventilación como en drenaje, especifica el departamento. Requerirán, en particular, rehacer todo el parque infantil y durarán hasta el verano de 2024. Su coste se estima en más de 1,6 millones de euros. Según la comunidad, deberían permitir resolver definitivamente la situación, evitando definitivamente la proliferación del moho.