El tribunal penal de Rennes condenó el jueves a tres hombres a penas de entre ocho meses y dos años de prisión por el robo violento y la ocultación de decenas de miles de cartas Pokémon, valoradas en unos 100.000 euros, según su propietario. La mañana del 16 de marzo de 2023, dos hombres entraron a golpes en el domicilio de la víctima, en Montfort-sur-Meu (Ille y Vilaine). Uno de los atacantes había oído hablar de una colección de valiosas cartas Pokémon, a través de un conocido mutuo de la víctima.

Los dos acusados ​​expresaron “arrepentimiento” y dijeron que habían actuado por “capricho”, después de beber “dos o tres tragos”. Mantenida en el suelo, golpeada en la cara y el pecho, la víctima se vio obligada a guiar a los delincuentes que buscaban las tarjetas con mayor valor de mercado. Los dos hombres se llevaron “entre 10 y 20 bolsas de basura de 120 litros, llenas de tarjetas”, informó. El propietario calcula que le robaron unas 100.000 tarjetas, por un valor de 100.000 euros, es decir, la mitad de su colección.

Algunas de estas bolsas se rompieron debido al peso, lo que permitió identificar a los delincuentes por las huellas dactilares que dejaron. El primer acusado, de 21 años, que sujetó a la víctima en el suelo, la golpeó y dio instrucciones al segundo ladrón, fue condenado a dos años de prisión. El segundo sospechoso, de 32 años y originario de Albania, llenó las bolsas antes de subirlas a un coche de alquiler. Recibió dos años de prisión, uno de los cuales fue suspendido.

Después de esconder este precioso botín en un garaje, uno de los atacantes pidió a su medio hermano que fuera a recoger una bolsa y luego revendiera algunas de las tarjetas en Internet, por 392 euros. Fue condenado a ocho meses de prisión con sentencia suspendida por recibir bienes robados. El resto del botín no ha sido encontrado. Reparador de teléfonos móviles, el coleccionista dice haber acumulado durante diez años estas tarjetas, que ha clasificado meticulosamente en su apartamento, por categoría y valor. “Todo lo que he ganado en mi vida lo he puesto en esto. Los entusiastas de colecciones como la mía se cuentan con los dedos de una mano”, afirmó la víctima, quien se encuentra en seguimiento psicológico y psiquiátrico desde los hechos.