El célebre astrofísico franco-canadiense Hubert Reeves, conocido por sus populares trabajos sobre el cosmos, falleció el viernes 13 de octubre a la edad de 91 años, anunció su hijo en Facebook.

“Toda mi familia se une a mí en el dolor de tener que anunciar que nuestro querido padre se fue para unirse a las estrellas”, escribió Benoît Reeves en la red social.

Fallecido en París, Hubert Reeves fue un magistral narrador de la historia del Universo, la pasión de su vida, pero también uno de los más ardientes defensores del planeta azul.

“Québec pierde hoy a un divulgador destacado, un astrofísico de renombre. Hubert Reeves supo encontrar las palabras que nos hicieran comprender la humanidad y el infinito. Hoy se marcha tal como llegó, cubierto de polvo de estrellas”, comentó François Legault, Primer Ministro de Quebec.

Nacido en Montreal el 13 de julio de 1932, el científico con aspecto de druida galo tenía el arte de hacer inteligibles los fenómenos físicos más complejos, “para todos aquellos que, como él, estaban asombrados por el mundo”.

Tras haber trabajado para la NASA en los años 1960, siguió una carrera docente en Bélgica antes de ir a Francia, donde se convirtió en director de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) y asesor de la Comisión de Energía Atómica (CEA).

Habiendo heredado el talento de narrador de su abuela materna Charlotte Tourangeau, que le hacía soñar cuando era pequeño contándole infinitas historias, decidió escribir un libro – «Paciencia en el azul» (1981)– para contar la historia. del universo.

El éxito superó todas las expectativas y Hubert Reeves comenzó entonces una segunda carrera, como divulgador científico. Entre sus numerosos libros, publicó “Poussières d’étoiles” en 1984, luego “L’heure de s’ivrer” en 1986, “El mar explicado a nuestros nietos” (2015) e incluso “La furia de vivir » (2020). ).

La astronomía es un tema complejo pero fascina a un público amplio, porque sabe cómo hacer accesibles sus pensamientos. Su frase “Mirar lejos es mirar temprano”, para evocar el espacio-tiempo, es un ejemplo de ello.

“Habéis hecho más agradable este pequeño planeta perdido en el Universo”, reaccionó en X (antes Twitter) Éric Lagadec, astrofísico del Observatorio de la Costa Azul.